• 14/09/2019 02:01

Éxtasis literario

Ángela enamora a los lectores críticos con 477 páginas inundadas de sentimientos abismales

El universo de las letras se conmociona con ‘Lo que le falta al tiempo' de Ángela Becerra. La autora con la pasión artística del hiperrealismo, penetra el alma del lector al desarrollar una prosa metafórica, aromatizada con el perfume de azahares.

El erotismo se viste con sensaciones inéditas y un dramatismo lírico exasperante. Ángela narra un amor de imposibles, entre un viejo pintor con aridez creativa y una joven con la energía virginal del agua viva. La escritora nos sumerge en un placer milenario de humedades, es la sensualidad acuática. Los amantes calman la sed como si hubieran caminado por siglos en los desiertos, sus pieles arden sin haberse rozado.

Ángela Becerra sorprende con la vitalidad de un estilo sin paradigmas, narra la explosión primaveral después de un otoño melancólico. Los tiempos simultáneos son sincronizados con suspensos laberínticos, cada capítulo está pleno de ansiedades crecientes.

Los perfiles de los personajes son profundos en los antagonismos. Las descripciones de desiertos y montañas son hermosas por los tintes poéticos y la musicalidad de una composición literaria excepcional. Los diálogos expectantes emocionan por la intensidad sensitiva. La trama gira en torno a una alquimia de hilos enmarañados, de un devenir medieval actualizado con enigmas en un presente contemporáneo envuelto en una intriga de violencias y ternuras.

Ángela enamora a los lectores críticos con 477 páginas inundadas de sentimientos abismales.

El misterio desquiciante de una Santa, centro de atención de Los Art Amantis, unido a la persecución de los cátaros en la Europa del Medioevo propicia un encuentro de ideas y sentimientos en imágenes fulgurantes. El arte y el culto de una secta son elementos subyacentes del hechizo del amor que obsesiona, en pasajes enajenantes, a una pareja de amantes.

Cádiz, Mazarine, Sara, Pascal, Arcadius, Jéremi, Sienna y muchos otros son ejes de un carrusel que gira en un torbellino alucinante. Cádiz es el pintor que después de alcanzar el cenit naufraga en la sequía sensorial y espiritual, el caos existencial que lo agobia lo hace descarado, cínico, vanidoso, cruel, ególatra, oscila entre extremos. Cádiz vive un permanente insomnio. Mazarine, la excéntrica, es el epicentro de una catástrofe emocional que involucra a muchos, la desolación es abismal.

Lo que le falta al tiempo impone una lectura lenta, meditativa, cada pasaje nos intimida. ¿Que exagero? ¡No! incluso me quedo corto en mis apreciaciones. La novela es un hito referencial, tiene potencia genética. La recomiendo a los que desean incursionar en la magia de la literatura.

Ángela Becerra, con ‘Lo que le falta al tiempo', descubre en un paraíso secreto, el éxtasis de un orgasmo literario.

La estética de la vida

Desnúdate sin pudores ridículos.

Las desilusiones son pequeñas muertes.

El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden.

El arte es un instante que perdura.

La luz efímera no alcanza a iluminar tantas tinieblas.

Cuando te has perdido dentro de ti, el remedio es buscarte afuera...

La verdad nunca es única. Hay muchas verdades y no suelen estar en ninguna parte.

Los absolutismos no son buenos.

La vida está en la sorpresa.

Ya no hay vanguardias. No hay inspiración. Nada nos mueve.

Dolor que no se habla, no muere.

Necesito de la locura para existir, prefiero la alegría de la insensatez.

Hay sentimientos que se levantan por encima de la razón y del tiempo.

El poder del silencio es inmenso.

Hay demasiados odios y envidias disfrazados de bondad.

Muchas veces te encuentras hechos que nunca acabas de comprender.

No tengas miedo de equivocarte mientras vivas.

El amor está en el beso. Un beso no sabe mentir.

¿Por qué mis ojos solo pueden nadar en tu cuerpo?

Cuando estoy contigo mi piel es poseída por tus ojos,

Tú me la robas mientras me miras.

Era ese sin vivir su más grande excitación.

Los locos de amor no entienden de razones. El amor los arrastra,

Revuelca, aplasta y ahoga.

Sus labios entraban a orillas de una playa que prometía oleajes.

Un día me abrirás el lugar donde residen tus silencios.

Un vuelo sobre una cascada pulverizada de ternura.

Mi soledad, esa sensación de estar perdido en una inmensidad vacía de afectos.

Un silencio infinito de luz y polvo dorado, teñido de sol y soledad.

La sensación de haber remado en un lago sin agua.

DOCENTE, HISTORIADOR Y ESCRITOR.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: BECERRA, ÁNGELA. ‘LO QUE LE FALTA AL TIEMPO'. BARCELONA: PLANETA, 2007. 479 P.

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