• 15/12/2008 01:00

Fiestas de inseguridad

Hoy marca la mitad del mes. Mes de fiestas y celebraciones religiosas. De cierre de año. La mayoría deja a un lado los males colectivos ...

Hoy marca la mitad del mes. Mes de fiestas y celebraciones religiosas. De cierre de año. La mayoría deja a un lado los males colectivos y personales que nos han disminuido y abraza la ilusión de las bondades que presenta la esperanza de un nuevo año. Participamos de las fiestas que se organizan en las oficinas, las asociaciones, los clubes, las calles y los barrios.

Toda esta algarabía viene apoyada por el componente que la hace posible, el factor económico. Los bancos, las cooperativas y los gremios entregan los ahorros de Navidad de sus asociados. La Estrella de Panamá reportó que “La economía panameña empieza a recibir una fuerte inyección económica, esta vez proveniente del pago del XIII Mes, bonos y ahorros navideños. En concepto de XIII Mes la cifra asciende a B/ 124.8 millones; en ahorros de Navidad se suman B/ 61 millones y en pago de bonificaciones y aguinaldos la cifra se estima en B/ 10 millones”

Este diario también señaló que “El gran favorecido por este impacto económico es el sector comercio, que recibe cerca del 90% de los dineros que ingresarán a la economía este mes”. La población se entrega a un consumismo desmesurado. Comprar y comprar. Gastar y gastar. Los bancos ofrecen tarjetas de crédito sin intereses inmediatos. ¡Gaste ahora y pagué dentro de seis meses! Los comercios ofrecen toda clase de ofertas.

Pero también en estos últimos años (y pareciera que para este en particular) hay otro ingrediente que se ha ido tomando el espíritu de las fiestas: la inseguridad que, este año, parece más incisiva que nunca. Los medios de comunicación no ayudan. Anuncian, en cada momento que pueden, el hecho de que circulan en manos de la población enormes sumas de dinero. Una especie de condicionamiento psicológico que sirve de arma de doble filo: si ayuda a algunos a proteger sus bienes, también incita a los malandrines, los “juega vivos” y los estafadores a tratar de aprovechar la situación y hacerse del esfuerzo particular, con o sin violencia. Si existía como percepción la inseguridad generalizada, este mes y el ambiente de fiesta no ha ayudado a disminuirla.

En una entrega pasada decíamos que el tema de la violencia “se fundamenta primordialmente en las organizaciones pandilleras ligados al tema de las drogas, el narcotráfico y el lavado de dinero”; eso aún es cierto en el espectro más general y continuo. Lo que experimentamos durante este mes en particular es la oportunidad que ven los maleantes comunes de aprovechar la situación presente de dinero circulante.

Si los comercios han contribuido a lo largo de los años a desvirtuar el sentido de las fiestas de fin de año, también, la conducta consumista que han promulgado, nos ha traído a este momento crucial en donde tememos por nuestra seguridad al momento de circular por las calles en cualquier lugar del país. Si el verdadero sentido de la Navidad prevaleciera, alejado del consumismo y el condicionamiento por gastar en los comercios lo trabajado durante todo el año, no estaríamos viviendo con este sentido de miedo y desprotección que amenaza considerablemente nuestra paz de fin de año.

-El autor es comunicador social.ernestoholder@gmail.com

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