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- 03/11/2024 00:00
Fiestas patrias, valores y principios para construir un mejor futuro
El 3 de noviembre es una fecha muy importante para los panameños, ya que se celebra la Separación de Panamá de Colombia en 1903. Este día marca el nacimiento de la República de Panamá como un país independiente y soberano.
Es un día de fiesta nacional, donde se conmemora el valor y la determinación de los panameños que lucharon por la independencia. Se realizan desfiles, se iza la bandera panameña con orgullo y se llevan a cabo diversos actos cívicos en todo el país.
Más allá de la celebración, este día también es una oportunidad para reflexionar sobre la historia de Panamá, la importancia de la libertad y la responsabilidad que conlleva construir un mejor futuro para el país.
En ese sentido, necesitamos un esfuerzo conjunto y una visión compartida entre todos los sectores de la sociedad. Para ello le dedico el resto de esta glosa a compartir _aceptando que me quedaré corto_ algunas condiciones necesarias para alcanzar tan necesario objetivo.
Para comenzar necesitamos comprometernos con el fortalecimiento de las instituciones y la democracia. En este sentido, especial atención deberemos prestarle a: combatir la corrupción y promover la transparencia en la gestión pública; garantizar la independencia judicial y el acceso a la justicia para todos; fomentar la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, y; promover una cultura de respeto a los derechos humanos y la diversidad.
No menos importante es la urgencia notoria de invertir en una educación de calidad, lo cual implica: fortalecer la educación preescolar para asegurar que todos los niños tengan acceso a una base sólida desde el inicio; capacitar a los docentes en metodologías innovadoras y brindarles recursos adecuados para que puedan ofrecer una educación de calidad; promover la enseñanza de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, para preparar a las futuras generaciones para los desafíos del siglo XXI, y, lo más importante; garantizar que todos los niños, independientemente de su origen socioeconómico o sus capacidades, tengan acceso a una educación de calidad.
Tan importante como las dos anteriores está la necesidad de reducir la desigualdad social que nos caracteriza e impide el desarrollo con justicia y equidad para todos en todos los lugares. Ello implica, por lo menos: implementar políticas que promuevan la generación de empleo decente y reduzcan la informalidad; garantizar el acceso a servicios de salud de calidad para toda la población; facilitar el acceso a una vivienda digna para las familias de bajos recursos, y; promover la producción de alimentos y garantizar el acceso a una alimentación nutritiva para todos.
Íntimamente ligada a la anterior, está la cuestión de promover el desarrollo sostenible, lo cual implica obligatoriamente: la protección del medio ambiente, mediante la conservación de los recursos naturales y el uso de energías renovables; la planificación de ciudades más resilientes, inclusivas y sostenibles; el desarrollo de una gestión responsable del agua, a fin de garantizar el acceso al agua potable y la gestión sostenible de los recursos hídricos, y; promover el turismo sostenible y responsable que beneficie a las comunidades locales y proteja el medio ambiente.
Finalmente, está siempre subyacente, como condición absolutamente necesaria, la necesidad de cultivar y fortalecer los principios y valores fundamentales para construir un Panamá más justo, próspero y solidario. Su promoción y fortalecimiento deben ser una tarea de todos los panameños, desde el hogar hasta las instituciones públicas y privadas.
En ese contexto los panameños debemos redoblar el esfuerzo para que nuestros valores estén basados en una ética cívica, aquella en la que todos los ciudadanos nos esforzáramos para pensar, justificar y realizar el gran proyecto de la convivencia justa en una comunidad social; fundamentada por los Derechos Humanos que recogen los valores que deben guiar nuestra conducta para aprender a vivir en comunidad y en armonía.
Entonces, qué nos parece si en este período de fiestas patrias y los tiempos venideros, nos proponemos comenzar a construir una sociedad en la que prevalezca el patriotismo cívico y social, la responsabilidad, la honestidad y transparencia en todos los sectores, la tolerancia, el respeto y la solidaridad hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos. Utilizando el diálogo incluyente y franco como único recurso para solucionar los conflictos, especialmente los conflictos sociales humanos, haciendo prevalecer la justicia y la igualdad.
Se dice fácil, pero tendremos que trabajar mucho y duro para erradicar de nuestro desempeño cotidiano, la indiferencia ante la problemática social que nos rodea; la superficialidad frívola, preocupada solo por las apariencias; el juegavivo que busca aprovecharse del prójimo y obtener beneficios sin trabajar por ellos y; el culto al dinero y al placer.
Y, siempre recordemos que, construir un mejor país es una tarea de todos. Cada panameño, con su compromiso y participación, puede contribuir a hacer de Panamá una nación más justa, próspera y solidaria.