• 29/12/2023 10:15

Fingir y simular en el derecho penal

También a diario nos encontramos con personas falsas o impostores que fingen ser personas honradas cuando en realidad son mentirosos

Dice un refrán “que las apariencias engañan”, siempre ha habido personas que les gusta aparentar lo que no son, y esa “cultura de aparentar” se ha trasladado a las redes sociales: fingen ser felices cuando en realidad están tristes, dan la apariencia de ser triunfadores, de tener riqueza, o también simulan una vida extremadamente feliz con su pareja perfecta, “showromance”. Hay niños que fingen estar enfermos para no ir al colegio, o para llamar la atención de sus padres, o también algunos adultos lo hacen para tener un día libre.

También a diario nos encontramos con personas falsas o impostores que fingen ser personas honradas cuando en realidad son mentirosos; los que nos recuerda la frase que dice “No te preocupes por quienes te odian, preocúpate por aquellos que fingen que te aman”.

El que finge, miente y siempre oculta algo, y cualquiera persona lo hace. Así tenemos al farsante que aduce tener ciertas habilidades, pero no las tiene, a diferencia de los simuladores profesionales, entre estos estafadores, (Bunge, 1999) en la que su comportamiento si es delictivo, por ejemplo, se suele fingir que es una empresa bancaria a través de un mensaje falso en una estafa de ‘pshishing’.

Tenemos personas que hacen creer a las autoridades que se ha cometido un delito o simulan indicios del mismo, así acuden a la policía denunciando un falso robo de celular para exigir pago de una aseguradora. Igualmente dicen haber cometido un delito o ayudado a cometerlo, y en estos casos estamos ante un delito de Simulación de hechos punibles (art.383-4), pues se engaña y manipula a la administración de justicia, afectando su normal funcionamiento. Asimismo, está el sujeto que finge ser víctima de un delito de Secuestro y lo hace para obtener dinero de sus propias familias, o cuando finge como muerto, para cobrar un seguro, incurriendo en un delito de Estafa u otros delitos; y si ha obtenido una identidad falsa, concreta un delito de Falsificación de documentos. Pero ¿qué sucede cuando se finge un parto o embarazo? Fingir un parto o “una barriga de trapo” o de “almohadones” no es nada nuevo, no tienen consecuencias penales, a menos que tenga fines patrimoniales o que concrete algún delito, como por ejemplo, una falsificación de documento, sin embargo, los daños morales son irreparables.

Todo fingimiento es un engaño. La mujer lo hace por broma, como decir que está esperando gemelos, o va a tener un parto múltiple o no, y quizás para que la pareja no la abandone, o para justificar siete meses de baja materna o extorsionar. Son parejas que viven juntos, otras a distancia, y el cónyuge, novio o amante no se da cuenta del engaño, y así ha ocurrido en otros países. El engaño comprende el fingimiento de embarazo y de parto, que se manifiesta con la muerte del supuesto hijo, que luego llega a ser descubierto con el ataúd con muñecos plásticos (The Sun,11/2/2021/Univisión,2/8/2018).

¿Y cómo lo hacen? Se emplean, certificados médicos falsificados, prueba de embarazo falsa o de otra persona, se simulan síntomas o se crean fotos de embarazo, se usan barrigas de trapo, se hacen asistir por médico u obstetra, y en ocasiones puede presentar un recién nacido vivo que no es hijo del padre, para adquirir de este su estado civil, y obtener derechos de alimentos, sucesorios u otros (Momethiano Santiago Ojeda Paravicino, 2019).

En Perú, tenemos el Fingimiento de embarazo o parto para darle a un supuesto hijo derechos que no le corresponden, una falsa filiación a un niño, conocida también como Suposición de estado civil, no castigada en nuestro país.

Por otro lado, el fingir preñez o parto puede darse de diversas formas: a) que se finja un embarazo y se presente u niño como producto del mismo, b) se simule un parto, cuando hubo preñez, pero que fue interrumpido y se presenta un niño nacido, y c) existió embarazo y parto, pero falleció y se presenta un niño con vida o un niño distinto del que nació en el parto (López Gaston,2019), para reclamar un estado civil que no le corresponde.

Termino recordando estas frases “la mentira tiene patas cortas” y “por mucho que la mentira avance, la verdad la alcanza un día”.

La autora es catedrática de derecho penal.

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