Sin fueros ni privilegios

El gobierno que nos desgobierna se ha caracterizado por la iniquidad y la gran concentración de la riqueza que, como casi nadie ignora ,es una de las peores forma de distribución del ingreso y atenta contra el bienestar de las mayorías.

Es por ello que pese al sonado crecimiento económico, los pobres continuan empobreciéndose y la clase media tiende a desaparecer, convertida en colchón amortiguador de las contradicciones económicas de la clase política en el poder. Así las cosas, no es de extrañar que el país se encuentre sumido en un caos permanente cuyas manifestaciones más evidentes son los empantanamientos cotidianos que los panameños (as) tenemos que sufrir por la constante afluencia de protestas de aquellos que se atreven a elevar su voz para reclamar los derechos que les han sido conculcados en virtud de la prevalencia de los intereses económicos y políticos que desgarran la Nación.

Por supuesto que no estamos de acuerdo con los cierres de calles suscitados a diario, pues no solo desgastan nuestra paciencia y nos elevan el presupuesto personal y/o familiar; sino que, como bien lo dicen los quejosos, son las únicas formas en que este gobierno transa en dialogar y si no que lo diga Eladio Fernández y los gremios de médicos, administrativos y jubilados.

Por otra parte los cierres de calles no constituyen un mérito solamente de los que reclaman, con justa razón, la denegación de sus derechos; han sido también una constante del MOP que se ha caracterizado por las obstrucciones de vías, con el pretexto inaudito de arreglar calles que tiene una y otra vez que ser remozadas por la mala calidad de los trabajos que realizan; pareciera que intencionadamente, para aumentarnos el consumo de gasolina.

Entonces nos disgustamos lanzando epítetos ofensivos a los otros miembros del equipo de salud (técnicos y profesionales diversos) porque se abocaron a un paro de labores por la discriminación salarial que sufren. ¿Acaso vivimos en una sociedad estratificada elitistamente? ¿No es cierto que los médicos, sin las ejecutorias profesionales de farmacéuticos, técnicos de registros médicos, técnicos de laboratorios y radiología, y otros, no podrían laborar? Entonces, ¿por qué la diferenciación cuando los aumentos y bonificaciones que se les concedió a los galenos superan vastamente los reclamos de los actuales funcionarios en paro? Dentro de los gremios afectados hay muchos que también cuentan con posgrados. ¿Por qué no se mide también eficiencia, eficacia y dedicación? Sociedades como las nuestras han establecido diferencias artificiales que explican el menosprecio de las autoridades de salud hacia los otros profesionales del equipo de salud. Pero esto no justifica fueros y privilegios a un sector de los funcionarios de salud, mientras que los otros siguen relegados por discriminación laboral.

- La autora es docente. esusana56@yahoo.com