• 14/04/2022 00:00

La fuerza de la unión

“En la actualidad, se vive una época convulsiva y el sector obrero no escapa de ello, se requiere de un movimiento obrero muy unido que lo convierta en una fuerza invencible, [...]”

“¡La unión hace la fuerza!”. Arenga popular en el olvido, que fuera muy utilizada por estudiantes y trabajadores organizados para luchar por sus reivindicaciones, conquistas y derechos, lo cual es el reflejo de un sector laboral indefenso ante medidas patronales inescrupulosas.

A mitad del siglo XIX, las instituciones consideradas fundamentales en toda democracia van moldeando la colaboración participativa de los sindicatos integrados y forjados por personas de clase popular, pero firmes en el deseo de luchar por representar los mejores intereses de los trabajadores para alcanzar conquistas de mejoras salariales, reducciones de jornadas laborables interminables y llamar la atención a problemas fundamentales para el hombre, como son aspectos de la seguridad e higiene en su medio laboral.

En tan lejana época, aquellos que se desempeñaban en un oficio comprendieron que unidos tenían mayor idoneidad para pactar los costos de producción o servicios de la misma forma de constituirse en una organización que coadyuve a los empleados a perfeccionarse en sus tareas que garanticen su trayectoria en el área de desempeño. Como consecuencia, surgen los gremios artesanales, estableciéndose en lo que hoy son los sindicatos de trabajadores.

Durante esta permanente lucha librada en oposición a los abusos, las condiciones peligrosas y paupérrimas reinantes en los lugares de trabajo, pero vistas como fundamentales para la integridad física del hombre, por encima de la lucha sostenida por la codicia patronal, quienes sacrificaban los intereses de los trabajadores al margen de los beneficios y condenándolos a la pobreza permanente.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 23, establece que “toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”, estableciéndose como órgano mundial y de derecho humano fundamental. También se logra establecer en el Convenio 87 de la Organización Mundial del Trabajo.

La educación y formación gremial nunca fue más necesaria, ya que es la mejor forma de velar por los intereses de los trabajadores.

Cifras de estudios de 2019, indican que un reducido grupo de 26 multimillonarios poseen fortunas que equivalen al dinero que tiene el 50 % de la población más pobre del mundo, proporcionalmente un millonario de estos afirmó que al distribuir nuevamente de forma equitativa las riquezas del mundo entre todos sus habitantes volverían a las mismas manos sin temor a equivocarse. Tal crudo escenario, de ser cierto, nos indica que la clase trabajadora mundial debe replantearse la forma de proteger sus intereses a fin de establecer las condiciones que permitan la justa distribución de las riquezas que se generan con el concurso de sus partes.

Para quienes dependen de su trabajo para subsistir, resulta imprescindible contar con instituciones que representen la voluntad, intereses y escenarios que produzcan debates y acuerdos. Todo este accionar conlleva transparencia e irradia confianza a los trabajadores.

El desarrollo de corrientes de pensamiento humanístico, como la teoría de relaciones humanas en la administración, inicia la lucha y conquista de condiciones mínimas apropiadas en materia de sanidad, seguridad y de beneficios sociales. De la misma forma se vieron obligados a contar con una respetable capacidad de negociación y de reclamos frente a la masa patronal, para alcanzar los convenios colectivos que mejoran el nivel de vida de los obreros. Los sindicatos, desde sus orígenes, tienen como obligación y deber velar por la equitativa distribución de las riquezas, como también aportar para su creación.

En la actualidad, se vive una época convulsiva y el sector obrero no escapa de ello, se requiere de un movimiento obrero muy unido que lo convierta en una fuerza invencible, porque los mercados globalizados marcan el destino de las colectividades, acentuándose en todos los contextos, incluido el sector laboral organizado.

Licenciado en administración pública.
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