Este evento que se vio fundamentalmente desde América, empezó sobre la medianoche de este viernes 14 de marzo y llegó a su máximo sobre las 3 de la mañana,...
- 07/11/2008 01:00
Hay más por venir...
La historia es coherente; la evolución, desarrollo y transformaciones naturales y sociales, muy, pero muy poco tienen de casualidad, más, sí mucho de causalidad. El resultado electoral para presidente de los Estados Unidos de América para el periodo 2009 — 2013, con la clara victoria del demócrata Barack Obama constituyó un hito de nuestra historia contemporánea, preveible. Y es que el grado de desarrollo industrial, tecnológico, comunicacional e informático, alcanzado por la humanidad; con la consecuente interrelación e intercambio generalizado entre las naciones y los pueblos, impone un serio cuestionamiento a todo cuanto se nos ha dado a conocer y a nuestra vivencia propia.
Cada vez es menos justificable, la desproporción de beneficio y bienestar existente en nuestras sociedades nacionales y entre las naciones entre sí, dado el desarrollo alcanzado por la humanidad. Y desde mediados de la década de los 70 del siglo recién pasado, el cuestionamiento se ha venido haciendo cada vez más global e integrador; conformando paulatinamente un movimiento social mundial de cambios hacia formas políticas de gobierno con proyección y compromiso social, gradualmente hacia economías cooperativas.
La pobreza, hija de la explotación, la desigualdad y la injusticia, es un mal social de arrastre; y como tal, revienta primero allí, en donde el ejercicio del poder es más frágil, dando como resultado los gobiernos con proyección de políticas económicas de carácter social; como es el caso de los de América Latina, sobre todo en el sur del continente con Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina, Paraguay, Perú; Nicaragua y Panamá en Centro América.
Ahora le llegó la hora a los EE.UU., caracterizada por una sensible crisis financiera y económica, que amenaza con derrumbar su hegemonía como potencia en el orbe del capitalismo, con una tendencia gradual a establecer relaciones más horizontales entre las potencias económicas del mundo, esto es, entre EE.UU., la Unión Económica Europea, Japón, China y Asia, de manera más clara.
Este es un ángulo desde el cual podemos intentar explicar y comprender el alcance del triunfo de Barak Obama.