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- 08/04/2010 02:00
Los carniceros del Gourmet (II)
Según los testimonios de los propios involucrados, tras ver el rostro de la muerte, perdidas las dos mujeres se arrodillaron y comenzaron a rogar. ¿Dónde estaban los defensores de los derechos humanos en el momento en que Holanda y Vielka arrodilladas en el piso, en un monte en el Corredor Sur, en medio de la noche fría, imploraba por su vida y la de su bebé?
Los que abogamos por la pena de muerte para crímenes de características espantosas como el de Holanda Martínez y Vielka Rodríguez y nos sentimos descontentos con sentencias píricas y con el estado de permanente violencia, no somos menos cristianos que los demás, al contrario es la defensa al derecho a la vida mejor planteada que conocemos lo que nos motiva en esta cruzada.
Ni Holanda ni Vielka, ni el niño que recientemente le desparramaron los sesos, se merecían eso. Es horrendo e inhumano. Me preguntaron hace poco con burla: ¿Qué clase de defensor de los Derechos Humanos, es usted señor? y hoy respondo: "¡El mejor, a mucha honra, soy defensor de los derechos de las víctimas!".
Recordemos la escena: Los cadáveres de Vielka Rodríguez y Holanda Martínez, dos mujeres trabajadoras, a un costado del Corredor Sur, a la salida de Llano Bonito, en Juan Díaz. Pudo ser tu esposa, tu hermana, tu mamá, mi hija. Dios nos ayude a seguir adelante.
*Escritor y analista político recursossinlimites@gmail.com