• 26/09/2015 02:00

Ciudad del Saber, una joya

R ecientemente tuve la oportunidad de recorrer las instalaciones de la Ciudad del Saber afincadas en la otrora base militar de Clayton

R ecientemente tuve la oportunidad de recorrer las instalaciones de la Ciudad del Saber afincadas en la otrora base militar de Clayton, asentadas sobre unas 120 hectáreas, con 236 edificios en las riberas del Panal de Panamá y que genera unos $283 millones al año y unos 5000 empleos directos, que ha resultado en manos de los panameños una verdadera joya del conocimiento, investigación, solidaridad, gestión empresarial, biociencias, oenegés, educación superior entre otras, luego de unos 14 años de gestión.

Fui invitado por el diputado Juan B. Moya, quien preside la Comisión de Educación, Cultura y Deporte de la Asamblea Nacional, cuyo afán es sacar de la corporación legislativa este organismo hacia las comunidades vinculadas, en este caso fue en la Ciudad del Saber, base militar convertida en una comunidad de excelencia, dirigida por una cuerpo de síndicos y cuya cabeza visible es el profesor Jorge R. Arosemena.

El profesor Arosemena, como un docente genuino, esbozó detalladamente cada rincón de las 120 hectáreas y para qué se dedica cada edificio, sus logros, sus afanes, visiones, sus objetivos y hasta sus miedos, en beneficio del país y del continente americano, pues la Ciudad del Saber trasciende fronteras en una diversidad de campos.

Es difícil puntualizar los logros de este centro de investigación, el conocimiento y el desarrollo en campos que van desde lo científico, educativo, comercial, hasta las más diversas expresiones culturales, desde los particular del país hasta las actividades globales desarrolladas a lo largo de estos 14 años de labor sin descanso.

Entre sus afiliados más conocidos están UNICEF, Cruz Roja, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Oficina Regional para América Latina y el Caribe, el Programa Mundial de Alimentos, y Plan Internacional. La sede de la Organización Mundial del Movimiento Scout's, la Academia Balboa, ILISA (una escuela de español), Universidad del Istmo (arquitectura), y los programas internacionales de la Universidad de McGill, Universidad de Pennsylvania, Universidad del Estado de Florida, Universidad de Saint Louis, la Universidad Estatal de Iowa, y Estudio en el Extranjero SIT (School for International Training). Entre otras muchas organizaciones emprendedoras y de investigación.

Quedamos impactados, asombrados de que exista una organización y una comunidad que abarque tanto espacios para beneficios del país y las comunidades latinoamericanas y que, además, los propios panameños desconozcamos por completo su existencia y más aún su importancia.

De allí nace la necesidad planteada por el parlamentario Moya de que la Asamblea Nacional, a través de esta comisión que le compete, lleve a los diputados próximamente a este complejo y se nutran, conozcan su trabajo sus investigaciones, su nivel de educación y su proyección nacional e internacional, para luego impulsar la colaboración que la Ciudad del Saber requiera, para provecho del país. Es el resultado de la visión de once panameños fundadores que derribaron a los escépticos. Hay que verlo.

PERIODISTA

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