• 23/08/2014 02:00

Alfred Thayer Mahan y el Canal (I)

"La realidad del Canal de Panamá está fundamentada en la batalla por las rutas marítimas y la supremacía naval"

Hubo, ciertamente, una especial conjunción de factores en el éxito de Alfred Thayer Mahan, almirante y filósofo de la naval estadounidense, que en 1890 publicó la obra La influencia del poder marítimo en la Historia, en ella plantea que EE. UU. debe convertirse en una potencia mundial y solo puede lograrlo a través de una flota naval y un canal interoceánico, su visión, de un poder naval que sometiera a otras fuerzas militares y que a su vez impidiera a otras naciones dominar a EE. UU. por mar y tierra, caló en esa nación más aún cuando sus estudiantes se convirtieron en los senadores y presidentes de EE. UU.

La realidad del Canal de Panamá está fundamentada en la batalla por las rutas marítimas y la supremacía naval. Alfred Mahan se erigió como el ‘ideólogo del imperialismo moderno’ por excelencia. En este contexto, los imperios de Gran Bretaña, Francia, Japón y Alemania, en su afán de colonización de extensos territorios, en África, Oceanía o Asia, encontraron que sus conceptos geoestratégicos justificaban sus pretensiones expansionistas.

Así, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, EE. UU., se encuentra en el inicio de su expansión imperialista ‘hacia fuera’, en esos momentos el triunfo de la Armada estadounidense ante los barcos de vela españoles, frente al puerto de La Habana, otorgó a los primeros el dominio en el Caribe y aseguró su presencia con bases de aprovisionamiento y rutas de comercio en el Pacífico; quedaba zanjar un punto propuesto por Alfred Mahan: ‘la concentración de fuerzas’ en un solo océano.

Tal acción era necesaria para ganar batallas y mantener la supremacía en el comercio, porque la mentalidad de la época era el comercio sigue a la bandera, y la bandera se sostiene con cañoneras.

Y para ello, consolidar y exaltar la supremacía naval, norteamericana solo podía hacerse a través de la construcción de un paso de mar artificial, acorde a la necesidad de un ‘imperio en expansión’; el sitio elegido fue Panamá y principalmente las relaciones diplomáticas expuestas en acuerdos bilaterales, como el Tratado Mallarino-Bidlack 1846; el Convenio del ferrocarril, el Contrato Stephen-Paredes 1850, el Clayton Bulwer 1850, y la Ley Spooner, 1902. Aunado a ello la geografía del Istmo, aunque supuso mucho riesgo por las enfermedades tropicales. Sigue...

*LICENCIADO EN FILOSOFÍA E HISTORIA.

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