• 03/03/2014 01:00

Mensajes a la posteridad

P ensando en la posteridad, hace varias décadas autoridades panameñas se interesaron en transmitir a las futuras generaciones valores de...

P ensando en la posteridad, hace varias décadas autoridades panameñas se interesaron en transmitir a las futuras generaciones valores de la panameñidad a través de construcción de monumentos que exaltaran: la singularidad de los ideales independentistas; la consolidación de la nacionalidad; los hitos alcanzados en la construcción del Canal; el reconocimiento de la abnegación y valentía de unos bomberos panameños, y; las aportaciones al beneficio de la humanidad, o de sus países, de figuras extraordinarias de otras naciones.

Con tal criterio, al construir numerosas plazas para esparcimiento y disfrute de la naturaleza al aire libre, también erigieron en ellos: la estatua ecuestre del precursor de la nación panameña general Tomás Herrera, compañero del Libertador Simón Bolívar; la estatua del propio Bolívar; los bustos de próceres de la independencia sobre pedestales —también de piedra—; las estatuas de Cristóbal Colón, descubridor de América y de Vasco Núñez de Balboa, del Mar del Sur —para los españoles— desde Panamá; las paredes de las Bóvedas —parte de una fortaleza del tiempo de la colonia española—, en las que, grabada en piedra, se cuenta la historia de la construcción del Canal de Panamá; el obelisco con el simbólico gallo francés, como reconocimiento al esfuerzo de Francia por construir originalmente el Canal de Panamá; la estatua del presidente Belisario Porras, eximio desarrollista; el monumento a los bomberos que combatieron el fuego de un polvorín un 5 de mayo; el rostro en relieve del presidente Remón, en área del Palacio Legislativo, con su lema de negociación de tratados del Canal que clamaba: ‘Ni millones ni limosnas, queremos justicia’; la estatua de Mahatma Gandhi, liberador y fundador de la India; la enorme cabeza del sabio Albert Einstein, formulador de la teoría de la relatividad..., por citar los principales, sobre todo en la capital. En contraste, en el último medio siglo, solo se han levantado algunos pequeños monumentos en isletas de calles y una estatua a los idealistas y valerosos estudiantes, que en representación de sus compañeros y de todo un país alzaron la bandera nacional sobre la alambrada que separaba la antigua Zona del Canal del resto del territorio panameño.

Dentro de este concepto de remitir mensajes inspiradores a la posteridad, además de erigir monumentos, también se encuadra: a) la constante enseñanza de la historia patria, registrada desde el momento en que se fue configurando la nacionalidad, tanto durante el período colonial español, como en el de la unión voluntaria a la gran Colombia del Libertador Bolívar, como en el de la especie de protectorado que EE. UU. aplicó sobre la Zona del Canal hasta que esta desapareció, y como en la época de plena soberanía y manejo del Canal, con integridad y ética, y ; b) la exaltación permanente de los —ya fallecidos— grandes poetas, literatos, compositores, pintores, atletas y dirigentes políticos en democracia —algunos de estos últimos presidentes y legisladores— que con sus aportaciones han contribuido a cimentar el espíritu y orgullo de pertenencia a un espacio territorial con una población con carácter e idiosincrasia únicos.

En el caso de las exaltaciones, a la usanza de la construcción de monumentos, podría erigirse una galería semiabierta con fácil acceso público, en donde sobre anaqueles de material duradero, y casi sin mantenimiento necesario, se colocaran bustos de los exaltados con una leyenda de su actuación, producción o hazaña más destacada que constituya patrimonio del país. Entre ejemplos luminosos de tales personajes y sus ejecutorias se recuerdan a Ricardo Miró y su poesía Patria; a Amelia Denis de Icaza con la suya al Cerro Ancón; a Eduardo Maduro y Alberto Galimany con su marcha Panamá; a Ricardo Fábrega con sus canciones Panamá Viejo, Taboga y Guararé; a Adán Gordón, y Lloyd LaBeach con sus solitarias presentaciones olímpicas; a los presidentes Enrique Jiménez, con la creación de Zona de Libre de Colón, y Roberto Chiari, rompiendo relaciones con EE. UU.; a Justo Arosemena, defensor del Estado Federal de Panamá. Los presidentes del país —en democracia o no—, los negociadores de tratados del Canal, y sobresalientes panameños no incluidos en la galería quedarían en los textos de historia con anotaciones, o con semblanzas.

En mensajes a la posteridad, con sustracción de la politiquería y de antivalores, se mantiene, lo más presente posible: ideales, principios, logros y ejemplos de gente excepcional, y; pasajes de la nacionalidad.

EX CONSULTOR DEL BANCO MUNDIAL.

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