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- 22/08/2014 02:00
Peleando con mi Yo
Esta mañana me levanté pensando que el día estaba bueno para caminar en la barriada, porque estoy cerca de la casa y puedo evitar mojarme por la lluvia. Lo sorprendente de todo esto es que varias veces me pregunté si iba a caminar. Debido a que en mis pensamientos empezaron a ver sinnúmeros de obstáculos como: si estaba cansado, la pereza, ansiedad y no me decidía a algo tan sencillo de hacer. Al final de la tarde, me alisté para ir a caminar en la barriada. No sé cómo llegue al Parque Omar. ¡Qué dilema tengo para ponerme de acuerdo con mi Yo!
Al iniciar la caminata, me encuentro con David y nos saludamos fraternalmente, le mencioné que está perdido del Club, mi hermano me expresó que tenía mucha razón. Adicional, me explica de manera cordial, que no asistía al Club debido a que está peleando con su Yo. ¡Permanecí sorprendido! Enseguida me puse a meditar que todos los días a mí me ocurre lo mismo. Pensé caminar en la barrida y estoy en el Parque Omar. De igual manera hay millones de personas peleando con su propio Yo.
Lo interesante de pelear con tu propio Yo es que no tiene que ver con clases sociales, raza, credo religioso, nivel intelectual, riqueza o pobreza. Además, cada uno de nosotros peleamos con nuestros propio Yo de maneras diferentes, como lo hacían los grandes personajes bíblicos como:
1° Reyes 19 - 3:5: Elías tuvo miedo y huyo para salvar su vida. Al llegar a Beersheva de Judá dejó allí a su muchacho. Caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un árbol. Allí deseo la muerte y se dijo: Ya basta, Yavé: Toma mi vida, pues yo voy a morir como mis padres.
2° Corintio 12 - 7:10: Tres veces Paulo rogó al Señor que lo alejara de Satanás, pero el Señor le dijo: te bastan mis gracias, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad. Con mucho gusto, pues: valoraré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo. Por eso acepto con gusto lo que me toca sufrir por Cristo: enfermedades, humillaciones, necesidades, persecuciones y angustias. Pues si me siento débil, entonces es cuando soy fuerte.
En el presente ocurre lo mismo, vemos cómo peleamos con nuestros conflictos emocionales, conciencia, pensamientos, en el hogar, sociedad, trabajo, en la relación afectiva con nuestra pareja. Es una situación difícil y no importa tu preparación académica, espiritual o moral, como las que tenían los grandes líderes de las historias. Pienso que es una debilidad de los seres humanos.
Comento que existe un término que mencionamos constantemente en la vida de cada persona que es: Nuestro Corazón o la Piedra Bruta, esa Piedra que es la que pulimos todos los días al tomar decisiones y es la que peleamos todos los días.
Por lo menos, hagamos lo siguientes: Siracides 41 - 12:13: Cuida el honor de tu nombre, porque permanecerá mucho más que mil depósito de oro. Una vida por buena que sea, dura solo un tiempo, mientras que el buen nombre permanece para siempre.
Es la razón por la que nuestro nombre deberá mantenerse grato en las memorias en la familia, amigos, la sociedad.
Añado: controlemos nuestros pensamientos, conciencia y emociones, que algunas veces nos hacen daños a la salud, nuestro alrededor y dejemos de Pelear con nuestro Yo.
*DOCTOR EN CIENCIAS EMPRESARIALES, DOCENTE UNIVERSITARIO.