• 29/03/2010 02:00

Se acabó la luna de miel de Martinelli

Los efectos narcotizantes de las pasadas elecciones, inyectados mediante la jeringa de los medios de comunicación, empiezan a pasar, y l...

Los efectos narcotizantes de las pasadas elecciones, inyectados mediante la jeringa de los medios de comunicación, empiezan a pasar, y la gente sale del sueño de opio, en el que hubo la vana ilusión de que un gobierno de banqueros y comerciantes resolvería los enormes problemas sociales acumulados por veinte años de “democracia” neoliberal, realizando el “cambio” tan deseado. El pueblo panameño empieza el duro despertar tras una noche de feliz borrachera y la goma, el guayabo, la resaca, duele.

Siguiendo el consejo de los sabios neoliberales, los mismos que asesoraron antes a Martín Torrijos, Ricardo Martinelli, aprovecha la “ luna de miel ” tras las elecciones para imponer sus medidas antipopulares: la reforma fiscal que sacará entre 200 y 500 millones dólares de los bolsillos de la clase trabajadora y las capas medias para engrosar las finanzas públicas que alimenten las contrataciones directas, mediante las cuales los millonarios se hacen más millonarios; y tratar de destruir a los gremios más combativos de la sociedad, obreros de la construcción y educadores, a unos con la represión, a los otros con una reforma curricular que pone sus puestos de trabajo en la cuerda floja.

Quienes creyeron el cuento del “ verdadero cambio ”, ahora descubren que Martinelli se escribe con “ M ” de mentira, de “ Más de lo Mismo ”: alzas incesantes de los precios de la canasta básica, en especial de la comida que él mismo vende en sus supermercados; ninguna esperanza para el 42% de la fuerza laboral en que naufraga en el subempleo, menos para el 8% hundido en el desempleo abierto; los barrios populares, y también de las “ clases medias ”, azotados por la delincuencia y la violencia; los productores agrícolas e industriales pagando más impuestos y sin ningún estímulo, pues, claro, el gobierno está en manos de los comerciantes importadores. Pero la gente despierta de la modorra. De nada han valido las campañas de desprestigio contra el movimiento sindical ejecutadas por “ comunicadores ” bien pagados; ni tampoco los miles de policías echados a la calle, no para combatir el crimen, sino para perseguir a obreros; ni tampoco la violación del Estado de Derecho, arrestando a 300 personas por repartir volantes; ni mucho menos su detención arbitraria por 3 días; ni las obscenidades del ministro Mulino.

El jueves 18 de marzo, trajo la primavera a Panamá: más de 15,000 personas se hicieron presentes en la marcha convocada por los gremios magisteriales, sindicatos y organizaciones populares. Pudieron ser más, pero el operativo policial para desviar buses y detener a centenares les impidió llegar. Pero no importa, ellos también saben que “ solo el pueblo, salva al pueblo ” y que “ sin luchas, no hay victorias ”.

Se acabó la ilusión y empezó la lucha, como antes pasó con los gobiernos de Endara, Pérez Balladares, Moscoso y Torrijos. Solo cabe añadir que, a la lucha por la defensa de los derechos sociales, económicos y democráticos del pueblo panameño, hay que añadir la lucha por construir el partido político de los de abajo, para que algún día haya el “ verdadero cambio ”. Con ese objetivo estamos construyendo el Partido Alternativa Popular.

*Sociólogo.olmedobeluche@hotmail.com

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