• 01/01/2014 01:00

Concierto con espíritu de Navidad

R epitiendo el patrocinio de los últimos años, el Club Kiwanis de Panamá, una vez más, regaló, a los que tuvieron la fortuna de asistir,...

R epitiendo el patrocinio de los últimos años, el Club Kiwanis de Panamá, una vez más, regaló, a los que tuvieron la fortuna de asistir, un Concierto de Navidad ejecutado por la orquesta Sinfónica Nacional, con el coro Música Viva y la presentación estelar del tenor panameño Raúl Reimer Tapia en la Iglesia Del Carmen, el pasado 11 de diciembre.

El recinto estaba colmado de gente de todas las edades y géneros, y no cabía el clásico alfiler desde horas antes de que empezara el concierto, programado para las 7.30 p.m. No obstante, la expectativa era de personas esperanzadas en recibir un obsequio espiritual de alta jerarquía. No fueron defraudadas.

Este tipo de espectáculos, como el del Teletón presentado anualmente por el Club 20-30, elevan el ánimo de los asistentes, no solo por la calidad de su presentación sino por la conmemoración del nacimiento del Divino Niño Jesús; acontecimiento este que se ofrece como marco para que muchísimas personas renueven una vocación de servicio hacia el prójimo, especialmente para con los sufrientes y más desvalidos, mediante ayudas económicas y/o regalos, que los altruistas miembros de los clubes cívicos les entregan. La íntima satisfacción que el donante y los activistas cívicos sienten en el alma... no tiene precio.

La costumbre de dar regalos a los seres queridos, o apreciados, posiblemente se originó para imitar el gesto de los Reyes llamados Magos — quizás por sus conocimientos de astrología y de textos antiguos — que, al viajar desde Oriente hasta el lugar del nacimiento para darle la bienvenida y adorar al Niño Dios, le llevaron regalos. Por lo que en modo un poco parecido se les entregan regalos a quienes se les quiere testimoniar un palpitante afecto en una ocasión especial, como lo hicieron los Reyes o sabios de Oriente con Jesús en un humilde portal o establo de Belén de Galilea, antigua posesión del imperio Romano.

Igual que en anteriores, en este concierto de Navidad la Orquesta Sinfónica Nacional ejecutó bellísimas canciones entre las que incluyó: La Anunciación; La Natividad y la llegada de los Reyes Magos, que son pasajes de la Biblia; y las muy conocidas: Ave María, de Schubert; Gloria in excelsis Deo; Blanca Navidad, de I. Berlín; Campanas de Navidad, de Krogstad; Villancicos Navideños; Santa Navidad (Oh Holy Night), y Hallelujah, de Handel. Ojalá que en el futuro se incluyeran villancicos de un panameño: el clérigo N. Jaén.

El coro Música Viva es dueño de una gran categoría y estuvo integrado de sopranos, contraltos, tenores, barítonos y bajos, con amplia variación de edades, que denota el alto nivel de compromiso y dedicación que empeñan sus participantes en sus presentaciones. Este mismo nivel lo exhibió el tenor Reimer Tapia, que en una interpretación alcanzó tal grado de excelencia que, al concluir, el público se levantó a ovacionarlo por varios minutos. Lo mismo ocurrió con algunas interpretaciones de la Orquesta Sinfónica.

La Orquesta Sinfónica Nacional cada vez se supera más. Para el auditorio ya tiene clase mundial y es un orgullo para el país. Estuvo compuesta por primeros violines, violines segundos, violas, violoncellos, timbalero, contrabajistas, flautistas, oboetistas, clarinetistas, fagotistas, cornotistas, trompetistas, ejecutantes de tuba y de teclados, y, percusionistas. Todos agradablemente amalgamados y balanceados, y dirigidos por un director y su asistente, con una larga trayectoria, experiencia y conocimientos de la música de notables compositores.

Entre ambas agrupaciones y el tenor, con sus delicadezas y ‘crechendos’ electrizantes, ofrecieron una velada edificante, que inundó los espíritus de delicias, a veces hasta el arrobamiento, mereciendo el aplauso agradecido de unos oyentes, que pudieron sentirse más cerca de Dios y del nacimiento de su Divino Hijo, objeto de la conmemoración.

Por todos los bienes espirituales recibidos no cabe menos que agradecer a los intérpretes, al Club Kiwanis y a la Iglesia Católica — con su edificio de extraordinaria acústica — por el recital que brindaron... como regalo de Navidad. Felices Pascuas y bendecido Año Nuevo.

INGENIERO CIVIL.

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