• 09/06/2016 02:00

‘El negro y el cholo en Panamá'

Columna de opinión

‘Entre más conozco a la gente, más quiero a mi perro '. No cabe la menor duda de que dentro del grupo que hizo las invitaciones para el acto de la ampliación del canal hay un par de negreros o negreras despistados o vagos, como es su costumbre, que cuando vieron el nombre de Alberto Barrow pegaron el grito al cielo por la posibilidad que alguien del ‘pelo malo ' estuviera sentado en un acto de tan alto turmequé.

Algo pasó en Panamá en algunas de sus épocas que no me lo han podido explicar sociólogas ni antropólogas con quienes he compartido lo suficiente y es lo despectivo como se refiere mucha gente criolla al negro y al cholo, por ejemplo: en la capital de Panamá, Chitré, Ocú y Los Santos he escuchado persistentemente expresiones como: ‘Cholo bruto del carajo '. ‘Chombo de mierda ' o ‘Si usted quiere terminar ese trabajo, contrate a cuatro cholos papujos, para que vea '.

Al respecto sí me interesa muchísimo lo que piensen los lectores de esta aseveración, pero reto a todo aquel que haya caminado más que yo en este país, a que me lo refute, si es que tiene pruebas contundentes de que estoy mintiendo. He tenido que consultar conclusiones del filósofo griego Diógenes de Sínope para ver si comprendo por qué vengo escuchando estas frases desde que entré a primer grado y estoy por afirmar que gran parte de la culpa se limita al resabio ancestral ‘indio, paloma y gato animal ingrato ' que se leía en los textos de las escuelas públicas y mal copiado por imbéciles del patio que lo hacen persistentemente.

Aquí en Panamá el racismo campea y uno se lo encuentra a diario en nuestras calles y en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana. Los racistas son egoístas y disminuyen a nuestra gente de a pie de los benditos derechos humanos y de la posibilidad de igualdad y de los derechos fundamentales en el aspecto político, económico, cultural, social. La grosería que han hecho con el ciudadano Alberto Barrow es una muestra palpable. En la vida pública se resalta más, le doy la mitad de mi quincena si Ud. me trae a un ‘merolo ' del gabinete de Varela. No les queda otra pues, que a jugar fútbol o calzarse los guantes.

ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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