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- 22/05/2013 02:00
Negro: costumbre y remembranzas
El Centro Regional Universitario de Colón abrió un interesante espacio para el ejercicio valorativo respecto del negro. Con la dirección de la Dra. Avelina Rentería, coordinadora de la Facultad de Humanidades, se estructuró un programa para ese fin.
Teófilo Rodríguez, inauguró la jornada con un ofrecimiento desde la perspectiva espiritual, y fue más allá de la eucaristía, cuando abordó el asunto del colonensismo y su urgente vinculación con la conciencia étnica. Dijo que, negar ser negro, como ocurre en muchos casos, es vedar su identidad y en consecuencia su razón de ser.
Por eso, como se planteó en esa jornada, donde participó una serie de expositores, considerarse de ‘piel canela o acanelado’, ‘café con leche’, ‘moreno’, ‘de color’, ‘coolíe’, etc. es un acto irreverente, que busca suavizar la negritud, rechazar sus ancestros, y esconder su historia.
Los congos dijeron presente en la ceremonia religiosa, cantando, tocando sus tambores, pero también moviendo rítmicamente sus cuerpos, expresando, como dijese el padre Teófilo Rodríguez, un mensaje espiritual de gozo.
Así las costumbres y remembranzas, como se denominó, la jornada de celebración de la etnia negra, tuvo a Jorge Luis Macías Fonseca, con ‘Negro: orgullo o condena’; a Ricardo Stevens, con ‘Vivencias’; a Roberto Lake y Rogelio Barrows con ‘Trabajo Laboriosidad del negro en Panamá’, todo un planteamiento sobre la razón existencial de negro. Demostraron que excluir el negro del quehacer nacional, y negarse él mismo, no es una opción. Incluirlo es una obligación legítima e histórica.
Los razonamientos sobre el África como punto referencial sobre la primera aparición de formas humanas sobre la Tierra, sobre el papel histórico de los imperios africanos antes que los europeos, sobre la posibilidad de presencia negra en América antes que Colón, fueron vitales para la comprensión histórica del hombre negro.
Hablar del holocausto negro, en virtud de la cantidad brutalmente incorporada como mercancía al continente de América para luego exterminarlos por el sometimiento del blanco europeo, obliga a la reflexión y al rescate de la memoria de esos mártires.
Vivenciar el trabajo y el aporte de los negros en el funcionamiento actual del canal, pero además, su papel en su construcción, su vida desarrollada cuando la jubilación del negro en la zona el canal era una quimera, y la explotación y discriminación sufridas, son remembranzas obligadas.
Plantear la llegada en 1908 de un abuelo negro, de todo el vía crucis vivido, del trabajo tesonero en el canal para el sostenimiento de su existencia, es interesante. Pero mucho más su procedencia de una isla del Caribe, llamada Antigua, totalmente desconocida.
Tratar de reivindicar a Agueda, la negra empleada, quien pudo ser la que cosió la Bandera Nacional y no la que pasó la máquina a María Ossa de Amador, obliga a la indagación seria. Fortalecer lo festivo es bueno, pero más, hacer el inventario de las realizaciones de los negros.
Por ello, la propuesta para la caracterización de la nación como multiétnica, la creación de una Secretaría Nacional de la Etnia Negra y la creación de una asignatura para los niveles básicos y medio de la educación que estudie sobre sus aportaciones histórico-culturas, es tarea que deben resolver todos los negros panameños.
DOCENTE UNIVERSITARIO.