• 27/05/2024 00:00

Ni halcones ni palomas, seamos águilas arpías

El águila arpía, nuestra ave nacional, representa la sabiduría, la agilidad y la visión clara. De allí que, estas son las cualidades que deben guiar nuestra política exterior [...]

La analogía de “halcones y palomas” guarda relación con estrategias en materia política, específicamente en el campo de la política exterior y las relaciones internacionales, siendo los halcones caracterizados por posiciones duras y las palomas, blandas.

En la entrada de un nuevo gobierno, la República de Panamá enfrenta una encrucijada en su política exterior; por lo que es crucial definir una estrategia que no solo responda a las necesidades internas, sino que también posicione a nuestro querido Panamá como un actor relevante y respetado en la región latinoamericana y porqué no en la arena internacional. Al pensar en la dirección que debe tomar nuestra diplomacia, propongo una metáfora inspirada en nuestro escudo nacional: no seamos ni halcones agresivos ni palomas sumisas; seamos águilas arpías, sabias y majestuosas, trabajando para Panamá y “Pro mundi beneficio”, es decir, para el beneficio del mundo.

El águila arpía, nuestra ave nacional, representa la sabiduría, la agilidad y la visión clara. De allí que, estas son las cualidades que deben guiar nuestra política exterior, en lugar de adoptar una postura beligerante o de sumisión, Panamá debe actuar con la sabiduría de un águila arpía, navegando los desafíos globales con una combinación de ímpetu y diplomacia.

Seamos águila arpía dando prioridad a fortalecer nuestras relaciones con nuestros vecinos latinoamericanos. Así como nuestra ave nacional protege su territorio, Panamá debe fortalecer su cooperación con los países vecinos en los diversos temas que compartimos y nos afectan, tales como: migración, seguridad, comercio y desarrollo sostenible.

Además de ser un símbolo de vigilancia, protección y sabiduría, puede representar una estrategia diplomática que es a la vez firme y visionaria. En ese sentido, es indispensable mantener una política de equilibrio entre las grandes potencias estrechando lazos con los Estados Unidos de América, la República Popular China y la Unión Europea. Por tanto, Panamá debe jugar bien sus cartas, aprovechando su geopolítica en aras de maximizar beneficios económicos para nuestro país.

Así como nuestra águila arpía también simboliza la rica biodiversidad, resulta importante que diversifiquemos nuestros vínculos diplomáticos, con un mayor acercamiento a los países del Medio Oriente, África y Asia-Pacífico, mediante acuerdos comerciales, cooperación en tecnología y educación e intercambios culturales.

Como diplomático y consultor en imagen pública, soy consciente del grave daño que nos ha generado pertenecer a una “lista negra de paraísos fiscales”. Abordar este problema resultaría de vital importancia y requiere de una combinación de medidas internas y externas, centradas en la transparencia, la diplomacia activa y la mejora de la imagen pública. Al demostrar un compromiso genuino con las reformas y la cooperación internacional, Panamá puede rehabilitar su reputación y fortalecer sus relaciones con la comunidad global. Hoy, tenemos el gran reto de proyectar y posicionar a Panamá como un líder en transparencia y buenas prácticas financieras.

Por otro lado, y con ese mismo espíritu protector cualitativo del águila arpía, es necesario que mantengamos una política exterior visionaria y sostenible, con la puesta en práctica de políticas para la conservación del medioambiente. Esto incluye liderar en temas de cambio climático y protección de la biodiversidad.

Hoy por hoy, Panamá, gracias a su privilegiada posición geográfica, tiene una gran oportunidad de ser un actor significativo en la política internacional. ¡Es hora de mantener una política exterior proactiva que proteja sus intereses nacionales y contribuya positivamente al orden global! “Pro mundi beneficio” no debe ser solo un lema en nuestro escudo, sino una guía en nuestra interacción con el mundo, promoviendo el bienestar tanto de Panamá como de la comunidad internacional. ¡Ni halcones ni palomas, seamos águilas arpías!

El autor es diplomático y consultor en imagen pública
Lo Nuevo
comments powered by Disqus