No a la violencia política

  • 14/09/2025 00:00

Esta semana, se conmemora la tragedia ocurrida en nuestro continente, hace 24 años. Aviones comerciales con personas a bordo, fueron estrellados contra las icónicas torres gemelas de la Nueva York.

Infortunadamente, esta semana vimos el asesinato de un activista de derecha, líder de un movimiento orientado hacia jóvenes con gran impacto en las elecciones de EEUU.

Este joven de 31 años acostumbraba a debatir abiertamente sobre sus posiciones, radicales o no, con quienes no estaban de acuerdo con estas. Este crimen, pareciera haber sido cometido por alguien que sabe disparar, pues el impacto que el joven Kirk recibió fue hecho desde una distancia de casi 200 metros.

Ya hay un detenido del cual no se conoce mucho, pero pareciera evidente que es alguien que no comulga con la forma de pensar del infortunado padre de 2 niños que, tan radical como pudiera ser catalogado, era firme en sus convicciones y las sustentaba con fuerza y convicción.

Podemos estar de acuerdo o no con su forma de pensar, pero es su derecho. La 1ª enmienda de la constitución estadounidense garantiza la libre expresión siempre y cuando éstas expresiones no inciten a la violencia, difamación de otras personas, obscenidad o que pudieran representar un peligro. O sea, libertad mas no libertinaje.

El activista Kirk, habló en repetidas ocasiones sobre temas como inmigración, el porte de armas (protegida esta por la 2ª enmienda a la referida constitución). Sobre esto, comentó “Vale la pena pagar, lamentablemente, con algunas muertes por armas de fuego cada año para que podamos tener la segunda enmienda”. De igual manera fue muy extrovertido en contra de las personas transgénero, el aborto y expresó dudas sobre la pandemia del Covid-19.

En varias ocasiones habló de manera tal que sugería que el gobierno, la educación, los medios de comunicación, la familia, los negocios, las artes y la religión debían ser dominados por cristianos.

Su muerte, sin importar la razón por la que se produjo, ensancha la zanja en la división política que se percibe en esa nación. El ejemplo que deja Kirk, dialogar y debatir de manera franca y abierta con quien quisiera hacerlo, es un modelo a imitar, no solo por los políticos estadounidenses, sino por los del resto del mundo. Uno de sus más grandes críticos, Dean Withers, comentó horas después del anuncio de su muerte “Cuando la gente deja de hablar”, es cuando se produce una guerra civil, porque se empieza a pensar que el otro bando es muy perverso y se pierde su humanidad”.

Si la política de EEUU y sus protagonistas no promueven la recomposición esa sociedad, bajan el tono del discurso y empiezan a valorar la vida, las ideas y los criterios, con base en respeto, tolerancia y capacidad, hay quienes seguiremos preocupados por el resultado, no de las elecciones de noviembre del presente año, sino en las del año 2026, donde se elegirán gobernadores en 36 estados y territorios, 21 de los cuales están en manos de los demócratas y 18 de los republicanos.

Algo similar se vivió recientemente en Colombia, donde uno de los candidatos con mayor probabilidad de salir electo en las elecciones presidenciales de mayo del próximo año, fue impactado de balas mientras daba un discurso en un barrio de la capital Bogotá. Esto generó una reacción, muy similar a la que hoy se vive en EEUU.

En ambas situaciones se achacó alguna responsabilidad a quienes dirigen estos países, pues la forma de expresarse no necesariamente los proyecta como conciliadores y por el contrario, varios han asegurado que su discurso, podría haber provocado estos viles ataques. Si bien es cierto la línea política de ambos mandatarios dista mucho de parecerse y ninguno podría aspirar a una reelección, por preceptos constitucionales, desde mi balcón puedo percibir un desasosiego entre quienes queremos y hemos luchado por muchos años, por la libertad, la justicia y la democracia.

Siempre abogaré por la libertad de expresión y el derecho a la vida, sin importar quienes son, de donde venga, qué religión profesa o la profesión que ejerzan. Los valores como el respeto, la tolerancia y la honestidad deberán ser siempre el norte de quienes creemos en la libertad y en la democracia.

Lo Nuevo