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- 27/12/2018 01:00
Jubileo Mercedario: y la liberación de las nuevas esclavitudes
Durante este año la Orden de Nuestra Señora de la Merced cumplió 800 años de fundación, cuando un joven llamado Pedro Nolasco, el 10 de agosto de 1218, fue llamado por Dios y la Virgen María para liberar a los cristianos ‘que habían abandonado la religión y sobre todo de aquellos que, en situación de esclavitud, estaban en peligro de perder su fe', y tomando en cuenta también a los cristianos cautivos y esclavizados, a manos de los musulmanes de la época, tanto en África como en tierras hispánicas.
La Orden de la Merced está presente en Angola, Argentina, Bolivia, Brasil, Camerún, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, India, Italia, México, Mozambique, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela.
En el caso de nuestro país, la Orden Mercedaria surge cuando arriban en 1519 y fundan una iglesia y un convento. Posteriormente, se trasladan, en 1673, al Casco Viejo, y se traen piedras de la antigua iglesia para la fachada del nuevo templo de la Merced en 1680. Durante el ataque del pirata Morgan (1671), la Iglesia de la Merced fue la menos afectada, con respecto a las cuatro cofradías que pertenecían a la Iglesia de la Merced: Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora de la Candelaria, Nuestra Señora de Santa Catalina y Nuestra Señora de Aguas Santas.
Ahora bien, los mercedarios están comprometidos a liberar a los cristianos esclavizados, y por general su misión se relaciona con liberar y redimir a los presos, y, sería pertinente preguntarnos ¿siguen los mercedarios redimiendo a otras personas que están esclavizadas?
Por supuesto que sí, la esclavitud está más visible que nunca. No se trata solo de una esclavitud que afecta la libertad física, sino, más bien, de una esclavitud moral, psicológica o espiritual. ¿Acaso no estamos esclavizados con las drogas, alcoholismo, trata de personas, egoísmo, corrupción, falta de esperanza, consumismo, y otras más, que pueden llevar a la desesperación y suicidio?
Y en cuanto a los jóvenes, en el mundo globalizado en que vivimos, ¿no se encuentran cautivos del fracaso escolar, de la fama, la belleza, el consumismo, el afán de aparentar, la competencia desmedida y el abuso tecnológico, o de la falta de trabajo o sentirse abandonado?
Entonces, la tarea mercedaria no ha terminado. Se mantiene con vida, llevando misericordia, gracia y esperanza, a través de sus diversas tareas parroquiales, evangelizando y brindando una educación a los niños y jóvenes en los colegios (de El Chorrillo y Arraiján) y un hogar para adultos mayores.
Por todo lo anteriormente expuesto, los Mercedarios desde 1980, llevan la Buena Nueva a las periferias, enseñándonos que podemos ser más humanos, y portadores de esperanza, como lo señaló el papa Francisco.
DOCENTE DE HISTORIA, UP.