• 05/11/2008 01:00

¿Independencia?... Una opinión

“El progreso moral de los pueblos no puede comenzar hasta que no sean independientes”, J. Artineau.

“El progreso moral de los pueblos no puede comenzar hasta que no sean independientes”, J. Artineau.

Sobre todo en el contexto de las naciones, independencia implica libertad, es decir, que un Estado no dependa de otro. Hace años escuché un refrán, que viene como anillo al dedo en “el Mes de la Patria” ; “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Cinco días hábiles de asueto, aparte de los tantos gritos regionales y desfiles, para festejar la “independencia” , más que indicativo de fervor patriótico me parece una suprema irresponsabilidad, máxime si consideramos la situación económica internacional, cuyas repercusiones necesariamente deberán afectarnos; por lo que deberíamos ser el país más ocupado en procurar los mecanismos necesarios para reducir el impacto, lo que lógicamente demanda más trabajo y mayor compromiso.

El concepto está íntimamente ligado al ejercicio del derecho a la autodeterminación de los pueblos, el que a su vez implica respeto por los demás Estados al principio de no intervención. Pero a lo largo de nuestra historia republicana, gracias a la mentalidad de vasallos, pero sobre todo a la dócil complicidad de un número plural de “gobernantes” , ha prevalecido la subordinación a EEUU, Estado que incluso cada vez que ha considerado que sus intereses corren riesgo ha recurrido a la intervención militar, la penúltima en 1964 y la más reciente en 1989; posteriormente, con los gobiernos civiles y en particular con el actual, sus intereses no han estado más ni mejor asegurados; por lo cual obviamente no han tenido que enviarnos a sus instrumentos de destrucción y muerte.

La soberanía, otro concepto estrechamente ligado, se expresa en la capacidad de los Estados para decidir sus asuntos de interés nacional. Todo indica que la política económica del Estado panameño no la determina el gobierno nacional. El Artículo 267 de la Constitución establece que: “Corresponde al Órgano Ejecutivo la elaboración del proyecto de Presupuesto General del Estado y al... Legislativo su examen, modificación, rechazo o aprobación”. Pero, el Artículo 271, claramente advierte que: “La Asamblea Nacional podrá eliminar o reducir las partidas de los egresos previstos en el proyecto de Presupuesto salvo las destinadas al servicio de la deuda pública” ; en otras palabras, por encima de las genuinas necesidades de la mayoría, llámese salud, educación u otra, privan los intereses y la insaciable voracidad de los mal llamados acreedores. ¿Con el escenario internacional cómo explicar el presupuesto del año electoral?

Pero como lo “predijeron” algunos profetas, mucho antes de las pasadas elecciones, que Martín “sería presidente y tomaría medidas muy favorables para el mercado financiero internacional”..., premonición que se ha cumplido; lo preocupante es que jamás la Nación había estado tan comprometida, lo que significa, en términos llanos, que el gobierno profundizó la dependencia del Estado, por lo cual resulta una total incongruencia semejante celebración; ¿cuál independencia? Lo procedente sería aprovechar la ocasión para promover jornadas de reflexión orientadas a definir los criterios básicos del Estado, a ver si comprendiéndolos podemos disponer de mayores elementos de juicio que nos permitan demandar respeto a los demagogos, detentores del poder político y económico, porque para fortalecer la democracia es imprescindible concertar un proyecto nacional de desarrollo, humanista, participativo e integral... ¿usted qué opina?

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