Otra vez, de Chile para el mundo

Se cumplen 14 años del terremoto que sacudió a Chile el sábado 27 de febrero de 2010. Hoy sabemos que fue el octavo más fuerte del que tenga registro la humanidad, dejando más de 550 muertos.

Para aquellas fechas publiqué un artículo titulado “De Chile para el mundo” en el que destaqué una serie de ejemplos que el pueblo chileno otorgó a todos los que atónitos observamos tamaña tragedia.

En aquel escrito recalqué desde las reacciones populares en que hubo muestras de solidaridad y honestidad que conmovían hasta decisiones de quien en aquel entonces era el presidente electo Sebastián Piñera, diciéndole al país que quedaban ratificadas en sus puestos las autoridades que tenían relación directa con la atención del sismo y comunicándose con la presidenta saliente – Michelle Bachelet - para respaldar, con toda su legitimidad recién adquirida, al gobierno que terminaba en las acciones para enfrentar aquella crisis. Una actitud poco vista en política.

Piñera mostró un claro ejemplo de cultura y madurez política y una distinción entre los que entienden la política desde la destrucción del adversario como premisa y aquellos estadistas que buscan en la política la oportunidad de servir bien a su patria.

Han pasado los años y aquel presidente gobernó dos periodos, le correspondió encarar otras crisis igual o más complejas. Con sus luces y sombras, pero, cumplió sus mandatos y siempre veló por la institucionalidad democrática.

Con su reciente muerte en un accidente aéreo el expresidente Piñera ha provocado que Chile le otorgue otra muestra al mundo, en este caso de ejemplaridad republicana. Su despedida fue en todo rigor un momento nacional en el que Chile profundizó sus valores democráticos.

Sin duda, gracias al buen criterio del presidente Gabriel Boric, quien a pesar de ser de signo político distinto, convocó al país entero a despedir a Piñera desde un ambiente de unidad nacional que bien servirá para enfrentar la realidad actual.

En el funeral, Boric citando a Piñera dijo: “Podemos pensar distinto y es bueno que así sea, pero, al mismo tiempo, tenemos que aprender a caminar y a construir juntos”.

En esto de los ejemplos, la patria de O´Higgins no da uno sin dos. También recientemente, otro referente de la democracia chilena, el expresidente Ricardo Lagos, próximo a cumplir 86 años ejecutó un acto poco común en los políticos, se retiró de la vida pública.

Hace poco menos de dos años, tuve la oportunidad de compartir con el expresidente Lagos durante una conferencia que dictó en la Escuela Harris de Políticas Públicas de la Universidad de Chicago. En aquella ocasión, llamaron mi atención dos aspectos. Primero, la sabiduría acumulada de un hombre que, con más de sesenta años de vida pública, hablaba de la importancia de la democracia y del impacto de la inteligencia artificial en la vida humana con un hilo conductor extraordinario; segundo, su genuino interés en transmitir sus conocimientos con una pasión inusitada.

En su mensaje de despedida a los chilenos, lleno de enseñanzas, describe que el mundo está viviendo un “cambio epocal” y al señalar que entra en un nuevo capítulo de su vida reitera que encontrará otras formas de servir. La comprensión del expresidente Lagos del buen servicio público desde el gobierno o como simple ciudadano ha sido una gran lección, de la que todos tenemos algo que aprender.

Termino recomendando a los lectores: 1) leer el discurso del presidente Boric en el funeral de Sebastián Piñera y 2) ver el video de Ricardo Lagos colgado en el canal de Youtube de la Fundación Democracia y Desarrollo (30/1/2024).

Panamá vive un momento trascendental, a pocas semanas de las elecciones generales, bien nos haría no pasar desapercibidos los ejemplos que en estos últimos días ha regalado al mundo Chile, la “patria de mi ternura y mis dolores | patria de amor, de primavera y agua” que poetizaba Neruda, “libre en la dignidad de tu derecho”.