Ante la compleja situación social y política que atraviesa nuestro país la Conferencia Episcopal Panameña, el Comité Ecuménico y el Comité Interreligioso,...
- 10/09/2022 00:00
El padre Pablo Kasuboski: ambientalista y agricultor
En 1988, con 41 años, llegó a Tortí de Chepo, el fraile capuchino, Pablo Kasuboski, nacido en Ripon, Wisconsin, Estados Unidos de América, hijo de un hogar de agricultores cultivadores de maíz para ensilar y productores de leche. Junto a sus 14 hermanos ayudando a sus padres aprendió lo básico en mecánica agrícola para arar el suelo y cosechar la producción de granos en los veranos y almacenarlos para en el invierno boreal, darle de comer a las vacas lecheras ordeñadas tres veces al día con producción promedio de 80 litros diarios.
Al llegar a Alto Bayano, se encontró con los feligreses que tenía que servir de pastor. Eran indígenas de las etnias Gunas y Embera Wounaan y campesinos azuerenses que habían llegado a la región, iniciando por Cañita de Chepo desde la década de 1950, en busca de tierras para practicar su agricultura de subsistencia, tumbaban y quemaban el bosque secundario o rastrojo y sin arar la tierra sembrar con un chuzo los granos básicos: arroz, maíz y frijoles, para guardarlos en sus ranchos y jorones para ser consumidos el resto del año practicando así la seguridad alimentaria que promueve mundialmente la FAO. Las matas o montes a los años de estarlas cultivando se les llenaban de gramíneas como los pastos: Indiana, faragua y rattana, iniciándose así la ganadería extensiva tradicional, que predomina actualmente en la región.
Al padre “gringuito” de 41 años en 1988, le tocó sufrir los efectos de las plagas de moscas “congas” y mosquitos “culex” que proliferaron por un desequilibrio biológico en Alto Bayano, posterior al represar el caudaloso río Bayano de y sus afluentes entre 1975 y 76 que originó la represa del Bayano 35,000 hectáreas de espejo de agua para la Hidroeléctrica, uno de los proyectos insignia del general Omar Torrijos Herrera. También ese fenómeno hizo que los camarones “cunchus” o de río no se reprodujeran más en las aguas del lago y los ríos afluentes.
Lo interesante del padre Pablo en 34 años fue que combinó su misión pastoral en 28 comunidades rurales, para con base en su formación familiar de producción agropecuaria, orientar y generar cambios en la manera de cultivar la tierra para desarrollar la agricultura familiar y posteriormente la comercial. Trajo el primer tractor agrícola y la cosechadora de arroz, de poco uso, donada por sus familiares y contactos en Estados Unidos para enseñar a preparar la tierra con máquinas y así cultivar la tierra con método amigable con la conservación del medio ambiente.
Actualmente, en la región de Panamá Este y Darién, se cultivan 27,000 hectáreas de arroz mecanizado, gracias a la visión del padre Pablo, de introducir en Tortí esas máquinas agrícolas. Él, sembró arroz, frijoles y maíz mecanizado, al igual que instaló una piladora de arroz y lo envasaba en bolsas de 25 libras de marca “Guacuco”, que sigue funcionando bajo la administración de la Fundación San Francisco de Asís. También construyó y reparó los caminos vecinales mediante un sistema de ayuda-mutua. La comunidad aportaba el dinero para combustible y él pago al operador y el padre ponía sus máquinas a las que le daban un buen mantenimiento, los técnicos del taller de mecánica, soldadura, tornaría en Guacuco de Tortí, donde vivía y construyó el hospedaje para 40 huéspedes “Guacuco Hilton”: los delegados de la palabra, cursillos de cristiandad y sus familiares y amigos de Wisconsin, Estados Unidos de América, que venían anualmente para hacer labor social en las comunidades parroquiales; se hospedaban en esas instalaciones.
Desde su inicio en la región fue un público defensor de la conservación del medio ambiente a través de la protección de las áreas cubiertas con bosques nativos de los “madereros” de la época.
El padre Pablo, se dedicó a todo lo que podía hacer por el bien común en las 28 comunidades de la Parroquia Cuerpo y Sangre de Cristo, que fundó y organizó. La construcción de acueductos rurales fue lo que lo caracterizó en su entorno, por eso con mucha razón fue Ganador del “Premio Héroes por Panamá” realizado por Televisora Nacional, TVN en 2016, además de esa a nivel nacional también recibió reconocimientos innumerables reconocimientos por sus buenas acciones por el bien común. Como fue haber legalizado la tenencia a favor de la Fundación Francisco de Asís, presidida por él, y a partir de su muerte por: La congregación, de más de 3,000 hectáreas de bosque virgen para proteger las fuentes de agua de la represa del Acueducto de Cañazas, de Playa Chuzo y del Acueducto de Tortí, que opera el IDAAN. A esas áreas protegidas llegan innumerables turistas del extranjero y nacionales por haberse convertido en el tercer centro de avistamiento de aves en el país, por su variedad y cantidad de especies.
Instamos los dirigentes y administradores de estos acueductos rurales y a las comunidades beneficiadas por estas desprendidas acciones por los principios y la férrea voluntad del padre Pablo Kasuboski: ¡Haciendo el bien común! A cuidarlas y ser celosos en la administración, sin tener presente al padre Pablo Kasuboski.
El sábado 10 de septiembre a las 10:00 a.m. habrá un Memorial en la Parroquia Cuerpo y Sangre de Cristo, para el padre Pablo, donde sus familiares de Estados Unidos de América, estarán presentes.