• 08/03/2013 01:00

El país requiere esperanzas

Hace poco dialogaba con un joven sobre la realidad política del país, y cómo el actual gobierno ha defraudado a los panameños, tanto que...

Hace poco dialogaba con un joven sobre la realidad política del país, y cómo el actual gobierno ha defraudado a los panameños, tanto que a pocos meses de asumir el poder, importantes sectores que ayer le abanicaron, renegaban del actual mandatario y apostaban a que en el 2014 el PRD se organizara y fortaleciera para enrumbar un país, cuya institucionalidad ha sido mancillada sistemáticamente desde julio de 2009.

Y es que la desfachatez del gobierno Cambio Democrático, panameñismo y Molirena ha sobrepasado la imaginación del más pesimista, tanto que un empresario del periodismo, conocido por su militancia antiPRD, suplicaba que este partido se organizara para contener los abusos del actual gobierno.

Pasado tres años y siete meses de sobresaltos y ataques contra diversos sectores del país, y después de un largo proceso de reorganización, con un congreso extraordinario y otro ordinario, el PRD ha retomado el rumbo y hoy día es el principal partido político del país, con todas las posibilidades de alzarse con la victoria electoral en el 2014.

No se trata de fórmulas mágicas ni de descubrir que el agua caliente quema, pues ha sido un proceso que ha pasado del enfrentamiento frontal, primero para sofocar los intentos de Martinelli de destruir el partido y de denunciar el atropello del gobierno contra los panameños; a la reorganización, renovación y unión del PRD para ofrecer al país la mejor oferta electoral, con la visión de que Un Nuevo Panamá es posible.

Una vez el agua ha vuelto a su nivel, tenemos un partido que ha retomado su rumbo, que se proyecta como la principal fuerza política del país, y prepara su programa y equipo de gobierno para devolver la esperanza a los panameños. El país requiere esperanza y el PRD tiene el compromiso de devolvérsela, con una educación donde los millonarios presupuestos vayan dirigidos a optimizar el sistema, con instalaciones modernas, capacitación y mejores salarios para los educadores, y donde las jornadas escolares sean más extensas, diversas y productivas.

Que en vez de despliegue de fuerzas militares que reprimen a poblaciones indefensas, el esfuerzo se centre en la lucha contra la delincuencia, con programas de capacitación conjuntos con las iglesias y organizaciones no gubernamentales; con actividades culturales y deportivas, para potenciar el tiempo libre de los jóvenes.

Un país en el que además de generarse salarios bien remunerados se tomen medidas para evitar que la especulación incremente los niveles de inflación, donde el verdadero mercado libre determine los precios y que sean los consumidores los que inclinen la balanza en las fluctuaciones de la oferta y la demanda.

Donde la principal necesidad de los panameños, la de alimentarse, deje de ser un suplicio diario: con mayor apoyo al agro para incrementar la producción nacional, la construcción de mercados municipales donde la población adquiera sus alimentos, liberándose de los intermediarios especuladores.

En Panamá somos positivos, y nadie nos puede quitar el derecho a tener un mejor país, en el cual, lejos del oropel de los megaproyectos, la población perciba los beneficios de un crecimiento sostenido de la economía.

Así como el PRD lo ha hecho en dos períodos, con decisiones cuyo impacto ha trascendido sus gobiernos, mirando a las siguientes generaciones, como debe ser cuando se administra un país con visión estadista.

Para ello ha trabajado el precandidato presidencial del PRD, Juan Carlos Navarro, al tomar el relevo de la valiosa labor realizada por la anterior dirigencia del partido, con ideas frescas, positivas, apostando a un mejor futuro, como plataforma para lograr un mejor país a partir del 2014.

Esta esperanza se fundamenta en salir a votar masivamente en las primarias del 10 de marzo, para decir basta al actual gobierno y apostando por la esperanza de un Panamá más justo y mejores oportunidades para todos.

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