• 29/10/2019 00:00

Panamá por explotar como Chile y el Ecuador

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No hay que ser ciegos para realizar de que la indignación en el Ecuador y Chile, también se acumula en Panamá. El barranco no está lejos; algunos, aun dándose cuenta, poco les importa. Los diputados todos los días echan leña al fuego. El pagar salario al diputado Arquesio Arias, que no podrá trabajar por la casa por cárcel decretada, es el colmo de los abusos. Gracias a Dios que la Contraloría lo paró.

Los diputados son una consecuencia de un sistema podrido desde hace muchos años y que, por ponerle tantas curitas, está pronto a explotar como en Chile. En Venezuela decían que por el petróleo nunca llegaría un dictador; miren lo que pasó. Igual aquí, cuando afirman que somos inmunes, porque tenemos el Canal. Sigamos durmiendo de ese lado.

La indignación es diaria, porque acumula. Todos los días de algo podrido nos enteramos. Como se acumula la basura que todavía no se recoge bien y se amontona por todas partes. Ayer estábamos molestos porque, sin tener idea de lo que hacían, los diputados metieron lo que les vino en gana en las reformas constitucionales. Hoy estamos más molestos porque estos, cuales niños regañados, “decidieron” apoyar las recomendaciones de la Concertación Nacional. Peor aún, esa directriz vino directamente del presidente Cortizo. ¿Y quién ha dicho que Conep, Apede, Capac o Cámara de Comercio, con todo el derecho que tienen de hacer propuestas, son los que dictan las pautas finales para este urgente proceso constituyente? En la Universidad me enseñaron que el poder emana del pueblo. ¿De cuándo acá le dimos ese poder a la llamada Concertación Nacional?

Criticamos el servicio de la Caja de Seguro Social, pero seguimos haciendo nombramientos políticos allí, burlándonos de su autonomía. Nos olvidamos de que su debacle comenzó en tiempos del general Torrijos, cuando cercanos familiares se robaron en fraudulentos proyectos habitacionales más de 300 millones de dólares. Decimos que debemos revolucionar la educación, pero nos olvidamos de que durante el Gobierno de Martín Torrijos hubo dos ministros de Educación encarcelados y que hubo escándalos nunca investigados con las escuelas rancho. Se echó tierra a todo. Nos faltan viviendas, pero cada día que pasa se descubren las grandes farsas de los llamados Techos de Esperanza de Varela y de cómo se “hicieron” viviendas que solo estaban en estadísticas, pero que no se construyeron.

Se habla de seguridad mala en el país, ¿pero se habrán investigado con algún resultado las tantas denuncias presentadas por hechos irregulares cometidos en la Policía Nacional? ¿O ha seguido la tapadera que siempre se da entre los nuevos jefes y los que se fueron? Aún no se sabe la participación de jefes policiales en los asesinatos de los cinco jóvenes chinos en La Chorrera.

Hablamos mal de la justicia, ¿pero sabrá el presidente Cortizo que algunos de los propuestos para magistrados de la Corte Suprema han tenido problemas con la justicia, pero están dentro de los escogidos por el CEN de su partido PRD? ¿Por qué los responsables del escrutinio no hicieron bien su trabajo? ¿O hubo presión o complicidad o amiguismo?

Odebrecht es otro de los escándalos que mayor indignación han generado en el país. ¿Por qué no han investigado a Martín Torrijos? ¿O a Varela, tan vinculado por el tesorero de su partido, Carlos Duboy, o por su amigo Jaime Lasso? ¿Por qué están libres otros que, como Papadimitriu, o el exdiputado panameñista Jorge Alberto Rosas, se les comprobó haber recibido varios millones de los “brasileiros”?

El aumento del pasaje del Metro fue el detonante de las protestas en Chile. La eliminación de los subsidios a la gasolina la mecha en el Ecuador. En ambos casos aprovechada por los revoltosos de izquierda verde (por su amor al dólar), pero con profundas raíces sociales que no se pueden ocultar. ¿Cuál será la que genere la combustión en Panamá? Sigan jugando con fuego, que el día menos pensado lograrán lo que parece su objetivo: llevarnos más allá del borde del barranco.

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