• 16/05/2020 00:00

La poesía y su efecto psicoemocional en la cuarentena

La poesía es un recurso psicológico para mitigar los posibles efectos negativos del confinamiento, pues permite la absoluta libertad para escribir lo que se piensa.

La poesía es un recurso psicológico para mitigar los posibles efectos negativos del confinamiento, pues permite la absoluta libertad para escribir lo que se piensa. El confinamiento es una medida impuesta de contención, para evitar el contagio del coronavirus. La cuarentena tiene unos extraños efectos cognitivos sobre el tiempo; algunos lo perciben como si fuera infinito, y otros lo comprimen, teniendo la sensación de que se agota demasiado rápido. La poesía tiene la extraña curiosidad de que nos permite viajar con el tiempo, de acuerdo con el estado emocional.

Con motivo de celebrarse en Panamá el día del escritor y la escritora, en honor al natalicio del maestro Rogelio Sinán, la Comisión de Educación, Cultura y Creatividad del Think Tank Trinka, que dirige la panameña poeta Gloria Young, realizó el Foro Virtual de Poesía de Centroamérica, Panamá, el Caribe, Marruecos y Argelia, donde por parte de ilustres poetas salió a relucir la importancia de la poesía en tiempos de cuarentena.

La poesía por sí misma, es terapéutica, porque permite hacer catarsis, en momento de crisis, además permite canalizar, cuando se tienen episodios de irritabilidad, cansancio, depresión, ansiedad, estrés postraumático, etc., producto del efecto psicológico causado por la cuarentena obligatoria, debido al COVID -19.

Este estado psicológico es apropiado para escribir poesía y conectarse emocionalmente con sus pensamientos, para estimular la conciencia, y expresar, desde lo más profundo de su interior, un sentimiento, a través del acto del habla, único en el ser humano, que nos identifica y nos diferencia de otros animales sociales. Se combinan los códigos fonéticos, con los símbolos lingüísticos, dando como resultado la lengua, y la escritura. En esta transición eruptiva es cuando hacemos poesía.

En este estado pandémico en el que vive el mundo actual, todos deberíamos escribir poesía, por salud mental. Es una habilidad cognitiva que se puede desarrollar. Ser poeta, dibujante o cantante, exige dedicación, tiempo y esfuerzo. También contribuye a contrarrestar los efectos psicológicos negativos del confinamiento.

Por primera vez en la historia, la Organización Mundial de la Salud realiza una investigación científica sobre el valor potencial que tienen las artes en los determinantes poblacionales de salud. La Dra. Piroska Ostlin, directora regional de la OMS para Europa, en este año concluyó que el arte, la pintura, la danza y la cultura en general, benefician a la salud y recomienda a los Gobiernos establecer políticas públicas que incluyan colaboración estrecha, entre los sectores de la salud y el arte cultural, debido a que aborda la salud y el bienestar en un contexto social y comunitario más amplio.

La poesía es el resultado de un ejercicio de imaginación, que en psicología se denomina personificación, porque convierte a un personaje, en objeto inanimado. Es decir, es como crear una vida y atribuirle un alma, a algo que no la tiene. Conlleva una complejidad técnica y operativa en la estructura mental del pensamiento.

El lenguaje poético tiene propiedades que lo convierte en una herramienta de aprendizaje.

Las investigaciones neurofisiológicas demuestran que la poesía produce efecto físico en la piel, erizamiento del vello; en lo subjetivo, se perciben escalofríos. Se han realizado resonancias magnéticas cerebrales a personas para detectar la actividad cerebral durante un recital. Durante la audición de un poema, se activan los circuitos mesolímbicos primarios de recompensa; también activar áreas que están apagadas cuando escuchamos música u observamos películas, produce placer poético, se relaciona con las experiencias olfativas, gustativas, con el atractivo visual o la retribución monetaria. Es decir, son placeres distintos de lo que se piensa tradicionalmente. La poesía también produce placer estético y tiene implicaciones que inducen a la concentración, contribuye a fomentar los procesos de memoria, motivación, atención y creatividad. El lenguaje poético ayuda a enfocar las emociones, los procesos básicos del pensamiento.

En esta época de confinamiento que produce efectos psicológicos negativos, con el ingrediente de un sistema educativo con deficiencias académicas en español, que impacta la lectoescritura, debido a que casi el 50 % de los estudiantes que termina su último año del ciclo escolar, sale sin comprender lo que lee, la poesía se convierte en un potencial instrumento de apoyo para fomentar el aprendizaje en los centros escolares del país. Además, se deberían desarrollar plataformas tecnológicas con aplicaciones, en celulares o pantallas táctiles, para que se activen los grandes placeres que estimulan el cerebro, cuando se leen poesías. Además, estimula la creatividad en el aprendizaje en estos momentos de cuarentena.

Tenemos la gran oportunidad de realizar recetas literarias, poesías en las redes sociales. Un ejemplo para imitar es lo realizado por la Escuela de Escritores de España, donde connotados autores de libros y de poesías mantienen encuentros virtuales con "pacientes" que lo soliciten, recomiendan libros para su estado de ánimo y sobrellevar la cuarentena. Otra actividad interesante es la desarrollada por la poetisa Care Santos de Alicante, España, que le denominó “píldoras diarias”, donde sale al balcón en los atardeceres y realiza un recital poético y lo sube a sus redes sociales (Twitter, Instagram y Facebook).

La poesía es como el dorso de una rosa personificada en palabras, se entierra en la parte más profunda de nuestra emoción del cerebro y expresa el sentimiento más hermoso y noble que puede decir un ser humano.

Nunca es tarde para felicitar: felicidades a los escritores y escritoras de Panamá.

Doctor en Psicología Clínica.
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