• 20/10/2012 02:00

Evolución política

Todos los sectores en el mundo, pero especialmente en América Latina, estamos muy preocupados investigando, analizando y pronunciándonos...

Todos los sectores en el mundo, pero especialmente en América Latina, estamos muy preocupados investigando, analizando y pronunciándonos sobre las fórmulas mágicas y eficaces de cómo sobrevivir en nuestro planeta, que va en vías del caos por obra de los mismos terrícolas.

Lo del ambiente es evidente. Los diagnósticos están científicamente comprobados. Las medidas a tomar claramente expresadas, pero el choque con intereses financieros no permite a los grandes intoxicadores prevenir el suicidio colectivo. Las inundaciones, sequías, huracanes y cambios climáticos así lo confirman. Las crisis económicas, quiebra de países, las hambrunas, las epidemias, la falta de alimentos revelan la gravedad del fracaso del sistema imperante, en que, aún con el control casi total del manejo monetario, no ha sido capaz de crear el pleno empleo, acelerar la producción y así evitar el desempleo y en consecuencia la pobreza y el hambre.

Gran parte de la población no tiene acceso a la implementación de una buena educación, al transporte y la vivienda. Consecuencia de esto son las guerras, el consumismo, la inseguridad, las drogas, el alcohol, las pandillas y la instabilidad política. La inquietud generalizada, la zozobra, las manifestaciones, las protestas, los golpes de Estado, nos dicen de la seriedad de la situación. Se plantea el asunto a nivel ideológico o metodológico o una mixtura de ambos. Es el fondo o la forma. Son las estrategias o las tácticas. Son los modernos conceptos socialistas que revolucionan los países o son los clásicos conceptos tradicionales conservadores, que se reactualizan, entronizándose y reciclándose de las viejas prácticas coloniales.

¿Son la OCDE, el FMI, el BM, los G7, G20 y todas las organizaciones financieras que están marcando las pautas por donde debemos caminar? ¿Son el concepto, el principio, las ideas los que están marcando el rumbo o es la tecnología, el dinero, las metodologías, la economía, los procedimientos? Un punto es la dirección hacia la cual marchamos y otro es la forma en que avanzamos en pos de las metas. ¿Es la equidad, la solidaridad, el socialismo en cualquiera de sus formas o es el capitalismo salvaje, neoliberal o fascista? ¿Es con democracia formal o aparente o con autoritarismo dictatorial?

El desarrollismo ha sido instrumentalizado por casi todas las corrientes, es solo una herramienta. Sin recursos, sin producción, sin tecnología no hay progreso; sea que se maneje para el bien común, el estatismo (capitalismo de Estado), con un colaboracionismo, con capacidad, con honestidad y objetivos sociales comunes para conducirnos a elevar los Índices de Desarrollo Humano; o que se centralice privatizando todo, hasta el aire, para con la excusa de tener la libertad de trabajar y competir, vaya moviendo ‘las patas invisibles del mercado’, supuestamente hacia una distribución más armónica de los recursos producidos, pero que en la práctica no se da. Sí, la producción se da por el trabajo y la creatividad, pero en el tiempo los beneficios se han ido concentrando para perfeccionar su sistema y con la investigación, pero solo para el poder y la opulencia de sus controladores. Esa es historia en milenios. Ya existen los grandes capitales, consorcios, corporaciones, bancos y potencias. ¿Son el trabajo, el desarrollo o la creatividad los responsables de la inequidad? o más bien ha sido el objetivo individualista, egoísta, sectario, la codicia, la libertad de explotar, de beneficiarse de la experiencia, de la inteligencia; lejos del amor al prójimo y el bien común.

Siempre en el capitalismo tuvieron y tienen la oportunidad de distribuir mejor los usufructos del trabajo común, pero casi nunca lo hicieron y las consecuencia están en las grandes diferencias humanas, en las guerras, en terrorismo, en los grandes problemas sociales que estamos viviendo.

Cuando por la fuerza se impone el capitalismo salvaje, contra la democracia social, lógicamente hay crecimiento económico para los dueños del capital, pero no valores humanos ni desarrollo humano como recientemente sucedió en Chile, Panamá y otros lugares post dictaduras con Pinochet, Torrijos, etc.

Cuando, también por la fuerza, se crea el socialismo, como en Rusia y Cuba, se fomenta el desarrollo humano, pero se descapitaliza la inversión y la producción, dificultando lo social. Entonces, no son el trabajo, ni el desarrollo, ni el dinero los malos. Es su orientación a no cumplir su función social. El libre mercado capitalista ha usurpado y desvirtuado los términos de: libertad, democracia y desarrollo. Desafortunadamente, ni internacional ni localmente se dan signos de corrección ni enmienda.

Como se decía en el dialecto monagrillero antiguo ‘No hay mal que dure cien años’ y vendrán los tiempos en que ‘la tortilla se vuelva’. El cooperativismo en vez de la competencia fratricida, el naturalismo comunitario indígena, son, ente otras, fórmulas alternas de capital social. El pueblo en directo en Sud América, en Islandia, en el Medio Oriente están transformando el idealismo en realidades. Usando la producción para la felicidad real, haciendo disfrutar el progreso para todos. Que la tierra, el agua y el sol permitan que el trabajo fecundo de la sangre que trabaja, también rinda sus frutos para todos. Que la concertación cívica popular (de pueblo) una los esfuerzos intelectuales y manuales, y las luchas se concentren en crear conciencia, de los humanos y colectivos beneficios, que tienen que ser los objetivos del trabajo y la producción eficaz. Luchar sin tranzar con las desviaciones de populismo demagógico fascistoide, presidencialismos autoritarios mesiánicos corruptos o dicotomías ambivalentes. En nuestro medio, con una elevada mentalidad abierta, avanzar hacia un Panamá con lo mejor de lo mejor para todos vivir bien.

—Evite las comidas chatarras.

—En memoria del Licdo. Gonzalo Menéndez Franco.

MÉDICO Y EXMINISTRO DE ESTADO.

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