Pompa y circunstancia, el legado de Isabel

Los países pequeños y jóvenes como nosotros debemos extraer las lecciones tanto políticas, psicológicas y además en cuanto al liderazgo que nos deja el reciente desaparición física de la Reina de Inglaterra.

Isabel II fue un icono cultural, política y social de su país porque modernizó una estructura como la Monarquía, dándole continuidad al legado histórico que la acompañaba; siempre tuvo claro que su deber era contribuir desde la autoridad moral al éxito de la nación.

Tenía claridad de su propósito era ser un factor de unidad nacional, independientemente de las fuerzas políticas; estando en sintonía con los intereses de su pueblo; un primer ministro de los tantos que tuvo, hoy fallecido, decía que para hablar con ella era importante hacer la tarea de prepararse para el encuentro semanal; porque ella conocía lo que ocurría en su pueblo, a través de sus múltiples ONG, definiendo lo que es el poder suave para los británicos.

Tenía una estrategia de vida que se daba a través del servicio a la nación; pero sobre todo emanaba tranquilidad y sabiduría providencial. Sus gestos hablaban por ella, el país y la institución, con capacidad para corregir el rumbo, con elegancia y dignidad.

Tuvo alrededor de 17 primeros Ministros con los que debatió, desde la Guerra de las Malvinas, la independencia de las naciones; pero ella garantizaba la unidad del Reino Unido y garantizaba la continuidad política para beneficio de un Estado y de un Imperio; no había nada por encima de los intereses del pueblo, y nada por debajo de los intereses de la reina haciendo que la estabilidad independientemente de la turbulencia, de las huelgas, y de las desavenencias políticas, garantizarán la unidad nacional.

El imperio nos enseña con su homenaje, la importancia de respetar las instituciones, habrá antimonárquicos dentro del espectro social, y habrá fuerzas que buscarán un cambio de régimen o de sistema, pero se hace dentro del marco del derecho, del respeto y sin pisotear el papel del Reino Unido en el mundo.

Las instituciones aceptan el escrutinio de la Prensa, de las redes sociales, pero estas mantienen un cierto grado de respeto hacia la persona, evitando lacerar la dignidad humana. En esta tierra istmeña destruimos instituciones, reputaciones, liderazgos solo para lograr avanzar en la carrera del éxito público, sin entender y medir el sacrificio que esto genera para la nación.

Con la muerte de la reina se le pone fin a una época de la humanidad, el recuerdo de la segunda guerra mundial, y otros tantos conflictos que marcaron el siglo XX, pero desde el punto de vista institucional, hubo un cambio de rey que no se ha percibido porque todo sigue igual: la Pompa y la circunstancia de la cultura inglesa sigue recorriendo el mundo generando fascinación a través de muestras palpables de comunicación efectiva y un liderazgo adaptado a los nuevos tiempos.