Credibilidad, lo más preciado del periodismo

En toda relación debe existir la confianza para que las metas se consigan. Un matrimonio que no cuente con ella tendrá, como es lógico, un final rápido, con huellas dolorosas e imperecederas. Quienes son dueños y aquellos que dirigen medios de comunicación social deben tener presente que la vida de su empresa dependerá del apoyo que le dé el público.

Conocemos de casos donde los mayores accionistas han militado y demostrado su preferencia por un partido político. Esa televisora, radio o periódico estará siempre entre la espada y la pared. El mínimo movimiento periodístico a favor de los candidatos de la preferencia de sus dueños, será un golpe mortal para los fines empresariales.

Si el público deja de ser usuario de un medio, la publicidad y propaganda disminuirán, lo que al final se traduce en la quiebra y cierre. Los periódicos que en el pasado surgieron como herramientas al servicio de los gobiernos de turno desaparecieron. Hoy, La Estrella lucha para alejarse de una política errada de sus antiguos dueños. Para fortuna observamos cómo este periódico se ha reinventado y se presenta como una ventana donde el lector tiene la oportunidad de conocer, con equilibrio, a los distintos actores de una noticia.

Quiero referirme a un hecho que me preocupa. Se trata de las televisoras. Ellas, en sus promociones del torneo electoral que se avecina, nos muestran pautas donde resaltan los colores de nuestra bandera. Este suceso es preocupante, debido a que hay un partido que utiliza los mismos matices. ¿Por qué se promueven los comicios de mayo utilizando el rojo, blanco y azul? ¿Acaso esos medios consideran que eso no tiene significado o influencia en el votante?

Frente a la preocupación planteada propongo tres salidas. Primera, aprobar una ley que prohíba el uso de los tres colores de la bandera como parte de los símbolos de un partido. Si no existe consenso, paso a la segunda y es que se aprueben modificaciones para que el torneo se haga en noviembre, así los medios podrán utilizar sus promociones con los colores rojo, blanco y azul, en honor al suceso y a la patria y si ésta no prospera, una tercera, que mediante ley se le cambien los colores a nuestra enseña tricolor.

Considero que el problema que tengo, donde percibo un gran error para la credibilidad de los medios audiovisuales, se puede resolver con algo simple, utilizar la creatividad para que los avances en tiempos de elecciones prescindan de esos colores. Si me preguntan qué recomendaciones prefiero, les diré que es simple; la de prohibir el uso de los colores de nuestra bandera como símbolos de un partido.

Mientras no se dé una salida decorosa, los vehículos de información masiva deberán cuidar el mejor tesoro que tienen.. la credibilidad. No hacerlo puede generar suspicacia y ella traería serias consecuencias para los objetivos que persiguen un periódico, una radio, revista, Internet o una televisora.

*Ex sec. de Prensa de la Presidencia de la Rep.rehernandez19@gmail.com