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- 13/09/2010 02:00
Inquietudes procesales
La necesidad nos llevó a elevar conductas a fin de destacarlas e individualizarlas a efecto de crear Leyes o Delitos. He ahí ‘El derecho Sustantivo’, cuyo origen ha sido siempre noble e instructivo. Nuestra desgracia no se ha encontrado en la elaboración de nuestras leyes, menos en la descripción restrictiva de las figuras delictivas, pues, en la creación de estas y aquellas, ha existido un control razonable que mayormente aleja toda maldad e interés particular en la regulación general.
Nuestro pecado ha estado siempre en aquella porción de la justicia donde ha intervenido un número reducido de actores generalmente ligados al poder o vendidos a este. Este ínfimo numero de actores se ha dotado, consuetudinaria y crecientemente, de una idoneidad tan compleja como la variedad de sus vicios, y mediante este subterfugio ha logrado montarse sobre la norma sustantiva y el derecho. Todo nuestro Sistema adolece de inmundicia sin revisar e inequidad, sobrepasando el Debido Proceso, haciéndolo trizas. Esa inmundicia es el exceso procesal, que aleja los valores Constitucionales y el Derecho mismo de la realidad concreta. El Exceso Procesal, es fuente también de arbitrariedad, mora y medianía en la figura de los juzgadores, es madre de la corrupción y la desidia; lo que ellos decidan.
¿Vemos cómo prosperan sobre todos, los pomposos Congresos del Derecho Procesal?, que al final pocos comprenden en su objetivo y la justicia y además nada aportan a la mejoría del sistema, aunque numerosos y constantes, mas sí, a la noblelización del Sistema, atrasándolo en el tiempo y el espacio, mientras es validado ante la masa de confundidos, que solo fijan su intención en apoderarse del certificado que los determine Procesalistas.
Puedo demostrar que nuestro proceso no es más que el catéter enchufado al enfermo para transmitirle el líquido malicioso que confunde la noción de justicia, con el espejismo de la misma noción ordenada desde otro poder o intereses como del Ejecutivo, ocultándosenos para dificultar su artimaña. Los ritualismos procesales insuperados cumplen su función conforme a la injusticia.
Veamos lo riguroso del Proceso civil, mientras se empeña en rechazar toda noción de adecuación a la tecnología de comunicaciones y afianza su desconocimiento público, apartándose de toda revisión, análisis y actualización. Los jueces de su esfera actúan con igual concepto y sospechosamente nada proponen o escriben haciéndonos creer en la pulcritud de lo allí acaecido o alardeando por defecto, su evidente medianía al delegar la posibilidad de críticas al protagonismo del mundo exterior, reservado a la voluntad de los políticos; pero algún beneficio deben ubicar de entre tantas miserias, que los motive a envejecer en el obscurantismo y la inquisición injusta que ellos y su sistema propician a nuestra sociedad.
La Inmensa ritualidad, a veces tan obviamente absurda normatividad antojadiza e innecesaria, se contradice con el simple derecho sustantivo, recopilado en código de excesiva sabiduría y equidad, y que ha perdurado, alejando con su autoridad las pretensiones de la maldad, que han preferido desviarse a otras ramas para intentar sus abusos, dado que su ignorancia les impide sustentar sus intereses, frente a una norma fundamentada como el Código Civil que, sin embargo, es saboteada por la vía del proceso consumando aquellos, su canalla finalidad.
¿Y porqué no es El Administrativo así ritualizado, o fatal en términos? ¿Por qué en lo penal se plantean cambios contra un modelo reconocidamente inquisitivo y estos cambios acuden vigorosamente a la destrucción del proceso predecesor, reconociéndose públicamente que es este el origen de la incongruencia entre la Justicia efectiva o injusticia y el Cumplimiento de los Principios y Garantías respecto al individuo?
La Existencia de la revisión procesal penal es luz brillante que ratifica lo afirmado. El proceso abusador, inadvertido por jueces del ramo, sea por maldad, ignorancia o incompetencia, coadyuvan lastimosamente a preservarlo, en contra de las necesidades de justicia de esta sociedad, es razón fundamental de la crisis en el Sistema. El proceso ha sido manipulado de forma tal que llamamos justo a lo injusto y bueno a lo malo y además allana cualquier pretensión moral o heroica en la actuación de juzgadores, siendo puerta de ingreso para toda manipulación y falta de independencia del modelo mismo.
*ABOGADO.