• 15/07/2025 00:00

Promoción de Panamá en Argentina y Uruguay

En junio de este año realicé una gira por Buenos Aires y Montevideo, de promoción política y cultural de Panamá, para contribuir a reforzar nuestra imagen internacional en estos tiempos difíciles.

Primero, pude advertir el interés sobre nuestro país en la presentación de mi último libro, Reflexiones sobre Panamá y su destino de 1990 a 2024 (disponible en www.omarjaen.com). Ocurrió, por ejemplo, mediante conversatorios con nutridos grupos de la Universidad Católica Argentina (UCA), la más cotizada de las privadas, del Centro de Estudios Internacionales y de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), en Buenos Aires. Además, con altos oficiales de marina que cursaban una maestría en la Escuela de Guerra Naval, en Montevideo, aprecié la gran apetencia por información de parte de contra almirantes, capitanes de navío, de fragata y de corbeta, etcétera, en acto organizado por el capitán retirado, Carlos Sagrera.

Igualmente sucedió en conversatorios con los miembros del famoso Instituto Histórico Geográfico del Uruguay (IHGU), realizados en la sede de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) en Montevideo, en donde me reuní con Sergio Abreu, su secretario general. Allí el doctor Juan José Arteaga, presidente del IHGU, rindió un homenaje simbólico a Panamá y sus académicos.

Luego, en conferencias magistrales sobre “Panamá, el Canal y la Geopolítica”, dictadas tanto en el magnífico Palacio Legislativo de Uruguay, en Montevideo, como en el aula magna de la Universidad Argentina de la Empresa, en Buenos Aires, con la presencia del rector, decanos, profesores y centenares de estudiantes de Relaciones Internacionales y Gobierno, a los que se unieron diplomáticos, embajadores de diversos países, constaté el vivo interés en Panamá. Interés acrecentado por ataques recientes a nuestro país y amenazas públicas que despiertan un rechazo unánime en todos los escenarios que frecuenté.

Invitado por nuestros embajadores en Argentina, Juan Luis Correa Esquivel y en Uruguay, María Gabriela Méndez Altamirano, trabajé durante dos semanas —ad honorem— para llevar un mensaje independiente a públicos diversos que lo apreciaron hasta el punto que en Montevideo me hicieron entrevistas para el principal diario nacional, El País, y para El Observador Usa, de Uruguay. En ese caso aclaré, entre otros asuntos, que “La influencia de China en el Canal de Panamá es una ilusión. China no ha tenido, no tiene, ni tendrá control alguno. La administración y funcionamiento del Canal está en manos de la Autoridad del Canal de Panamá y allí no hay una sola persona de China”.

Como exnegociador de los Tratados Torrijos-Carter respondí: “Panamá no ha aceptado en lo más mínimo que Estados Unidos imponga reglas diferentes a las que tiene el Tratado de Neutralidad, que no solamente es asunto entre nuestros dos países. Tiene un protocolo al que se han adherido 40 países que... son vigilantes de que se cumpla tal y como fue acordado”. Fue un tema recurrente con preguntas frecuentes en Argentina y Uruguay.

Aproveché para también recomendar a Panamá: “Reforzar su presencia internacional y buscar apoyo multilateral... ¿Qué más puede hacer?... Ya ha comenzado a hacerlo. Panamá está promoviendo que más países se adhieran al protocolo del Tratado de Neutralidad. Recientemente... se le solicitó formalmente a la India que se sume.” Sobre el conflicto de Estados Unidos y China Popular y su efecto en Panamá afirmé: “Cuando usted tiene una pelea de dos elefantes, ¿Qué hace? La respuesta es muy sencilla... póngase a un lado”.

Un conversatorio en el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires, organizado por la Embajada de Panamá, atrajo a un público diverso, incluyendo a embajadores de países amigos como el de Marruecos y la de México que se interesó mucho en la solicitud de adhesión de su país al protocolo del Tratado de Neutralidad. Una visita a Luis María Scasso, director en Argentina de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), permitió adelantar ideas sobre un proyecto de publicación con Panamá.

Una visita de cortesía al vicecanciller argentino, Eduardo Bustamante, me convenció de que se respetaba el trabajo del embajador de Panamá que goza también, en otros círculos diplomáticos, culturales, económicos y legislativos, de merecido aprecio. Lo advertí al visitar, por ejemplo, la imponente Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (con el histórico despacho de Evita Perón) y conversar con diputados de su Comisión de Cultura.

En la visita de cortesía al embajador de Francia en Argentina, Romain Nadal, le entregué mi último libro que contiene un capítulo sobre su país, y nos permitió intercambiar opiniones sobre el fortalecimiento de relaciones franco-panameñas.

Finalmente, el domingo 8 de junio tuvo lugar en el Hipódromo de Palermo el Clásico República de Panamá, evento deportivo importante, en el que la embajada panameña organizó un convivio.

A la promoción política y cultural se añade la promoción económica y comercial como pude constatar cuando un grupo de jóvenes empresarios panameños de la agrupación YPO estuvo tres días en Buenos Aires y celebró una reunión en la Embajada de Panamá. Nuestra reciente integración como Estado asociado del Mercosur, con su cumbre de jefes de Estado el 3 de julio en Buenos Aires (asistió el presidente Mulino) abre nuevas oportunidades con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con aproximadamente 295 millones de habitantes, quinta economía mundial, con producciones complementarias de las panameñas (logística, comercio, finanzas, etcétera).

Tenemos embajadas en Buenos Aires y Montevideo bien montadas, con personal competente, también de carrera, y embajadores con el perfil necesario, modelos para otras capitales en estos tiempos de incertidumbres

*El autor es geógrafo, historiador, diplomático
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