La Nochevieja, última noche del año, es un momento para la reflexión. Una oportunidad para pensar en lo que queremos lograr y también, para imaginar cómo será el Nuevo Año.

Para intentar predecir cómo podría ser el año venidero, las respuestas las podemos encontrar en la historia. La frase “la historia se repite en espiral”, del filósofo italiano Giambatista Vico (no Arnulfo Arias como algunos creen) nos sugiere que la historia no avanza en forma lineal, sino más es un movimiento pendular, es decir un movimiento cíclico que se repite en un patrón regular.

Y es cierto, la historia nos demuestra que nada es definitivo. Todo es un avanzar y retroceder. Lo que hoy sube, mañana cae y puede volver a reaparecer más tarde con otros matices. En efecto, con frecuencia vemos hechos recurrentes, circunstancias y personajes que de una y otra manera se repiten.

Por ejemplo, con la guerra de Ucrania estamos reviviendo escenas de horror de la Segunda Guerra Mundial, algo que creíamos superado.

Cuando revisamos la historia de Panamá, encontramos un paralelismo entre el año 1947 y 2023. Primero, ambos años son preelectorales.

Segundo, ambos años fueron testigos de las mayores explosiones sociales conocidas hasta ese momento. En 1947 el detonante de las protestas fue el Acuerdo de Bases o Tratado Filos Hines.

En 2023, la crisis la desató el contrato minero para la explotación de la mina de cobre. En ambos años, 1947 y 2023, la economía nacional pasaba por serias dificultades.

En 1947, terminada la Segunda Guerra Mundial, la economía decayó. Panamá dejó de recibir las millonarias inversiones militares de Estados Unidos.

Así que las expectativas en 1947 estaban basadas en que la firma del Acuerdo de Bases reactivaría la inversión norteamericana. La historia nos cuenta que la Asamblea Nacional, luego de las protestas, rechazó el Acuerdo por considerarlo lesivo a la soberanía nacional.

En 2023, la crisis económica causada por la pandemia complicó las finanzas públicas. Hizo que el Gobierno enfocara sus miras económicas en el contrato de la mina de cobre.

De igual manera, el contrato fue rechazado y declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia.

Al terminar el año 1947, el gobierno del presidente Enrique Jiménez terminó politicamente afectado por la derrota del Acuerdo de Bases y tuvo que hacer cambios en el Gabinete. Ingresaron nuevos ministros y el gabinete se hizo más político, algo que tuvo su influencia en las elecciones de 1948.

El proceso electoral de 1948 encontró al país dividido. Hubo un caos total al haber 5 candidaturas a presidente conformadas por diferentes alianzas de partidos: Arnulfo Arias, Domingo Díaz, José Isaac Fábrega, Demetrio Porras y Sergio Gonzalez Ruiz.

Las votaciones fueron muy disputadas entre Arnulfo Arias y Domingo Díaz y se dio un resultado fraudulento dejando al país en una inestabilidad política tremenda, aparte de la inestabilidad económica.

Tan pronto tomó posesión el nuevo presidente Domingo Díaz, el 1 de octubre de 1948, empezaron los movimientos políticos de la oposición con el fin de malograr su gobierno.

Hubo arrestos, crisis económicas, no había dinero ni para pagar las planillas ni mucho menos para obras públicas.

Se intentó reabrir las conversaciones con los Estados Unidos sobre el acuerdo de las bases militares, pero eso no prosperó en medio de tanta crisis.Como dice el refrán: lo que empieza mal, termina mal.

El presidente Domingo Díaz fallece al año siguiente, 1949. Su sucesor, el vicepresidente, Daniel Chanis, enfrentó una crisis institucional ante una Guardia Nacional insolente y una economía devastada.

Chanis fue derrocado por el comandante José Antonio Remón lo que desató una crisis espectacular de protestas callejeras contra la Guardia Nacional.

A tal punto llegó la anarquía que hubo que llamar a Arnulfo Arias para que se encargara de la presidencia mediante un recuento de votos que “corrigió” el supuesto error cometido cuando se contaron los votos originalmente.

Pero la crisis económica tampoco la pudo detener Arnulfo Arias. La crisis política también se profundizó en medio de un clima de zozobra económica que incluyó la suspensión de operaciones del principal banco privado del país y una “corrida” de los fondos de la Caja de Ahorros por retiro masivo de los ahorristas ante los temores de perder sus dineros.

Todo esto fue agudizando el malestar social y llevó al presidente Arnulfo Arias a buscar una solución mediante la derogación de la Constitución vigente de 1946 e instauración de la Constitución de 1941, el cierre de la Asamblea Nacional y otra serie de medidas.

Esto terminó con el derrocamiento del Dr. Arias, quien fue expulsado a balazos de la Presidencia en un asalto militar en el que hubo numerosos muertos, heridos y arrestados.

¿Qué le trajo todo esto a Panamá? Una crisis institucional, política y económica que terminó llevando a la presidencia a quien desde 1941 había sido “verdugo de la democracia”, el comandante jefe de la Guardia Nacional, José Antonio Remón.

El militarismo se entronizó en Panamá y las consecuencias tuvieron efecto por largos años en el país. El 2 de enero de 1955, también al inicio de un nuevo año, el presidente Remón fue asesinado.

El gobierno de Remón, de 2 años y medio, tuvo resultados positivos. Al final, la firma de un nuevo tratado del canal con los Estados Unidos impulsó la economía y tras el magnicidio, Remón pasó a ser considerado un mártir.

Sin embargo, su figura era polémica y con su desaparición, la crisis institucional (que no había sido resuelta) continuó hasta culminar con el golpe de estado de 1968, lo que trajó 21 años de ausencia democrática en Panamá.

Entonces, ¿cómo imaginamos el 2024? Sin duda, existen los mismos factores que en 1948: inestabilidad económica, inestabilidad política, elecciones con muchos candidatos y pobre institucionalidad.

Si, los actores políticos no estudian la historia de 1947 y 1948, posiblemente entraremos en una seria crisis de consecuencias impredecibles.

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