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Casi 3 décadas han pasado —15 de mayo de 1966— muchos no habían nacido. Y ya existían algunos jóvenes inquietos, una dama, hoy la ingeniera agrónoma Carmen Damaris Chea, primera mujer Ingeniera agrónoma panameña y egresada de la Universidad de Panamá, cuando fundan un gremio de los trabajadores de las ciencias agrícolas. Es el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Panamá (CINAP). Por allí andan unos chiquillos, como dijera la primera autoridad del país, refiriéndose a la bancada VAMOS de la Asamblea Nacional, pero estamos hablando de los Miembros Fundadores, que ya frisan por el octavo piso (como dicen ahora), en la jerga popular y antes que realicen el último viaje. No es premonición, ni blasfemia, al contrario, mucho respeto y admiración, que permanezcan largos años más entre nosotros.
Varias otras organizaciones fueron establecidas en este país, donde se agrupan diferentes personas que ejercen una profesión distintiva de ese ramo y que igualmente han desarrollado labores encomiables en el ramo respectivo.
Lo que, si es cierto, gracias a la visión futurista, quizás sin saberlo, de esos 32 jóvenes, provenientes de Universidades Latinoamericanas (especialmente Brasil, México, algunos centros de estudios norteamericanos) y de la reciente creada Escuela de Agronomía, adscrita a la Facultad de Ciencias Naturales, de la Universidad de Panamá, un 15 de mayo de 1966, establecen el Acta de Fundación del gremio y posteriormente, el 17 de julio del mismo año, el Acta de la Asamblea Constitutiva del CINAP.
Varios años atrás, surgió un grupo denominado Sociedad de Técnicos Agrícolas Universitarios y luego se había fundado la SAP: Sociedad Agronómica de Panamá, que estaba conformada por los BSc (Bachelor of Science) integrada básicamente por personas que habían estudiado en Estados Unidos y otros países. Ya entonces aparece el CINAP que aglutina la gran mayoría de Ingenieros Agrónomos del país, egresados en su gran mayoría, como mencionamos de países latinoamericanos, junto a los nacionales. Se dieron algunas discrepancias, pero fueron superadas.
Fueron años muy difíciles marcados en la lucha popular y acontecimientos de antecedentes, generación del 58, 59, Cerro Tute, Siembra de Banderas, Pacto de la Colina, los sucesos de 1964, soberanía y recuperación del Canal y tantas otras jornadas de reivindicación popular en el cual estuvo inmerso la sociedad panameña y el CINAP no fue la excepción. En esos años se fue forjando en la fragua del trabajo, los Ingenieros Agrónomos aglutinados en el CINAP y muchos de ellos, juventud de aquellos tiempos, aportaron su cuota al desarrollo del país, especialmente en el campo agropecuario nacional. Naturalmente que existieron elementos conflictivos y hubo traslados inconsultos en las instituciones estatales.
A lo largo de estos cincuenta y nueve años (59) de fundación, nuestro gremio ha desarrollado una amplia labor en el sector agrícola panameño, incluyendo el sector público y privado, además en varias esferas y actividades, organizando Congresos, emitiendo comunicados a la faz del país, y recomendaciones de la problemática del agro, aportando sugerencias al país.
Actualmente, el gremio cuenta aproximadamente con 800 miembros distribuidos a lo largo y ancho del país, organizados en capítulos provinciales, a excepción de la comarca Gunayala, Gnabe bugle y Darién, aunque hay ingenieros agrónomos en esas zonas lejanas laborando. Se posee una propiedad u oficina sede en Panamá, un terreno en Santiago, provincia de Veraguas y una finca de producción en el área de Gorgona, Chame.
Igualmente, se ha logrado cierta estabilidad laboral y el establecimiento del Escalafón Profesional con la finalidad de suministrar una adecuada remuneración económica en el ejercicio de la profesión, ya que fue una conquista de muchos años para lograr un ajuste salarial de acuerdo a las condiciones económicas del costo de la vida y el índice de precios al consumidor.
Todo esto enmarcado en una concepción de un modelo capitalista de país transitista, economía de bienes y servicio, banca, comercio, centro de operaciones logístico en donde el sector primario, es decir la agricultura, no era relevante, ni ocupaba un renglón de importancia dentro del PIB (Producto Interno Bruto). Siempre nuestra agricultura ha sido relegada a un tercer plano.
A pesar de ello, fundadores, miembros y aun los que no están afiliados a nuestra organización, como ya hemos señalado, nunca escatimaron esfuerzos y cada uno en su área de trabajo, están contribuyendo con sus conocimientos al desarrollo del país.
Entonces, que ¿esperamos de las presentes y futuras generaciones? Un ferviente llamado y exhortación para que se integren, mayor participación colectiva en la vida nacional, ser más proactivo, aportar al CINAP con ideas refrescantes, renovadoras, frente a temas tan cruciales como los aranceles, apertura de mercados, nuevas tecnologías, mayor cohesión grupal, respeto y reconocimiento del papel que realiza el ingeniero agrónomo tener amplia presencia en el escenario de la vida nacional, escuchar la voz crítica, técnica y científica de los agremiados.
Debemos crear espacios superiores de participación, romper estructuras arcaicas, utilizar adecuadamente los medios digitales, apoyar a los productores con tesón, ir repensando cosas nuevas y diferentes, redefiniendo nuestro papel en la sociedad, quizás ir replanteando inéditos objetivos en un mundo dinámico y en constante cambio.
Todo lo anteriormente indicado, el recorrido de los 59 años y ahora en estos momentos que se celebra el XI Congreso de Ingenieros Agrónomos en homenaje al ingeniero agrónomo Alexis Miranda y los Miembros Fundadores titulados: “Liderazgo, agroecologías y soberanía hídrica por Panamá” en donde se disertara temas importantes. Adelante CINAP, de cara al futuro.