• 24/06/2021 00:00

¿Dónde queda el relevo generacional en el periodismo?

“Si en las aulas de clases no se forman profesionales idóneos, capaces de informar responsablemente […], el futuro que le depara a este apostolado no es nada alentador”

Hace unas décadas atrás, existía una saturación en la carrera de Periodismo en las distintas universidades del país. Todos querían llegar a ser destacados comunicadores en los diversos medios tradicionales de comunicación. La demanda sobrepasaba la oferta, por lo que varias universidades sintieron la necesidad de formar profesionales en esta disciplina en diversas regiones del país.

Con el pasar de los años, los salones atestados de estudiantes ávidos por estar detrás de la noticia fueron mermando, a tal punto que algunas escuelas de Periodismo redujeron sus jornadas y otras cerraron la carrera ante la baja matrícula.

En provincias centrales dentro de poco las aulas en donde se formaron cientos de periodistas, estarán cerrando para dar paso a la capacitación de estudiantes en otras carreras profesionales. El poco interés por cursar una Licenciatura en Periodismo ya dejó sus estragos en la atlántica provincia de Colón. Allá, en la actualidad, para estudiar esta carrera, se debe emprender, todos los días, un viaje hasta la ciudad capital al campus central de la Casa de Méndez Pereira, en donde otrora también se peleaban los cupos para ingresar.

Las jornadas en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá han disminuido, no existe en estos momentos la arrebatiña por un pase de ingreso, la reducción es palpable y ya el turno vespertino desapareció.

El panorama es igual en universidades particulares, las pocas que dictaban la carrera, se han visto en la necesidad de clausurar la licenciatura y las que aún se mantienen activas luchan por mercadearla.

Entonces es cuando salta la pregunta obligada: ¿qué está pasando con el periodismo en Panamá? Hay quienes argumentan que ha dejado de ser una profesión atractiva y rentable, los bajos salarios, la llamada exclusividad de algunos medios que no les permiten a los colegas otras fuentes de ingresos y la apertura para que cualquiera persona puede ejercer la profesión sin pasar por las aulas de clases pudieran ser algunas de las razones del desinterés marcado.

Esto, sin mencionar la aparición de las redes sociales, que llegaron para quedarse y en donde el reportero es todo aquel que porta en sus manos un dispositivo que toma fotos, graba videos o audios y luego sube a las redes o envía a otro receptor y luego se viraliza.

Si en las aulas de clases no se forman profesionales idóneos, capaces de informar responsablemente a la opinión pública, el futuro que le depara a este apostolado no es nada alentador. Urge revisar y actualizar los planes de estudios, exigir una planta docente con experiencia en este campo y armar toda una estrategia de comunicación y mercadeo para salir a ofertar la carrera.

Solo así, lograremos que el periodismo panameño no agonice lentamente ante la mirada de quienes amamos esta profesión y dignamente la ejercemos. De no hacer nada, simplemente el periodismo, ahora sí, quedará en manos de cualquiera sin formación, ética y vocación, dando paso al activismo que utiliza el periodismo para otros fines. Entonces, tristemente, estaríamos ante el fin.

Periodista y docente.
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