• 29/03/2021 00:00

¡Quitad las mascarillas a los niños!

“Los niños deben ir sin mascarillas y estas no les deben ser exigidas en ningún entorno. Mucho menos al aire libre ni para hacer deporte. Ni debe ser condición para el regreso a las escuelas”

Las mascarillas nunca tuvieron sentido en exteriores. En marzo de 2020, para los que veíamos las mascarillas como una intervención que tenía el potencial de impactar positivamente para frenar contagios o carga viral, la intervención parecía tener sentido, pero solo en sitios cerrados donde se diesen aglomeraciones de personas y no fuese posible mantener distancia adecuada. Jamás tuvo sentido hacer obligatorias las mascarillas en exteriores, ni mucho menos para hacer deportes. Todo esto, en adultos. Pero, además, en niños, la intervención es una soberana insensatez que en ellos no puede generar beneficio alguno y, por tanto, solo puede provocarles daño.

La propia Organización Mundial de la Salud emitió en diciembre una guía de uso de mascarillas en el contexto de la COVID-19. El documento, de 22 páginas, contiene una sección especial sobre las mascarillas en niños. En primer lugar, recomienda que a los niños hasta 5 años no debe exigírseles mascarillas en ninguna situación. Ni en interiores ni en ninguna parte. En cuanto a los niños entre 6 y 11 años, la OMS recomienda un enfoque de manejo de riesgos, con evaluación de beneficios y riesgos según contexto, es decir, la OMS de ningún modo recomienda el absurdo de las políticas de “riesgo cero”. Y para mayores de 12 años, la OMS indica que pueden seguir las mismas reglas que los adultos.

En general -y no ya exclusivamente para niños- la guía de la OMS indica que no se debe requerir uso de mascarilla durante la actividad física. La referida guía de la OMS señala en su página 11 (en inglés), sobre el uso de mascarilla durante el ejercicio físico: “múltiples estudios han demostrado efectos adversos estadísticamente significativos en varios parámetros cardiopulmonares durante el ejercicio leve a moderado en personas sanas y en aquellos con enfermedades respiratorias subyacentes… la OMS recomienda que las personas no deben usar mascarillas al hacer actividad física vigorosa, porque las mascarillas reducen la habilidad para respirar cómodamente”. La OMS, incluso, continúa dejando claro que esta recomendación no se refiere solo a la actividad física desarrollada en exteriores, sino que también en interiores: “si la actividad física es llevada a cabo en interiores, debe asegurarse que haya ventilación adecuada en todo momento, ya sea a través de ventilación natural o con un sistema adecuado de ventilación”. En otras palabras, a pesar de que la misma guía de la OMS sí recomienda el uso de mascarillas en interiores cuando no sea posible mantener distancia, activamente la desaconseja para la realización de ejercicio físico. Así de importante considera que no debe usarse mascarilla para ejercicio físico.

Ahora volvamos a los niños. Exigir uso de mascarilla en niños para la realización de actividades físicas o deportes en escuelas y centros deportivos o en parques, es una insensatez que va contra toda evidencia, guías de la OMS y el más elemental sentido común. Si es insensato exigirlas en esas circunstancias en adultos, es doblemente insensato exigirlas en niños.

La guía de la OMS cita potenciales efectos adversos del requerimiento de la mascarilla (no restringido a niños, sino en general): jaquecas o dificultades respiratorias; desarrollo de lesiones de la piel en rostro, dermatitis irritante o agravamiento del acné preexistente; dificultad para comunicarse claramente, incomodidad, y otras. Independientemente de la discusión sobre la eficacia relativa de la intervención poblacional de uso de mascarilla en el contexto de COVID-19, imponer su uso en niños es un despropósito, porque los niños no pueden recibir beneficio de dicha intervención. Los niños, y esto lo sabemos ya desde hace al menos un año, no llevan un riesgo importante frente a la COVID-19. En menores de 30 años, la influenza común y corriente de todos los años conlleva mayor riesgo, y jamás hemos puesto a los niños a llevar mascarillas por la gripe estacional. Por ello, forzar en niños el uso de mascarillas es imponerles una intervención de la que no pueden recibir beneficio, solo daño. Es usarlos de instrumento. El argumento de que hay que hacerlo en pro de la salud pública, implica que, porque los adultos tienen miedo, debamos estar dispuestos a instrumentalizar a otras personas, cosa de por sí éticamente condenable, pero cuando se hace a niños, es doblemente condenable.

Los niños deben ir sin mascarillas y estas no les deben ser exigidas en ningún entorno. Mucho menos al aire libre ni para hacer deporte. Ni debe ser condición para el regreso a las escuelas. Ya basta de instrumentalizar a los niños porque los adultos tienen miedo. Reitero pregunta que ya he hecho antes: ¿por qué no están los pediatras señalando estas cosas?

Abogado
Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones