• 11/02/2023 00:00

Las revistas y la literatura del país

“Las revistas literarias han sido y continúan siendo una de las primeras líneas de contacto entre las nuevas propuestas y el público lector, pero también y sobre todo el espacio para la discusión, [...]”

Al menos desde el siglo XIX, las revistas han sido uno de los vehículos predilectos de artistas y escritores para divulgar sus trabajos y propuestas. Numerosos creadores en diferentes épocas y lugares han fundado la suya o participado en las fundadas por otros. A veces pareciera que tener una revista o participar activamente en algunos de sus números es parte casi obligatoria de la formación del escritor y uno de los hitos que confirman su condición.

En América Latina, el ejemplo paradigmático es la revista Sur, fundada por Victoria Ocampo, en Buenos Aires, en 1931, de cuyo consejo de redacción formaron parte escritores como Jorge Luis Borges y Oliverio Girondo, y que tuvo entre sus colaboradores a muchos de los más grandes autores hispanoamericanos del siglo XX.

Las revistas tienen, por lo general, una particular condición doble: reúnen la relevancia y la singularidad con el carácter efímero. Así, suelen hacer ruido y ser reconocidas por la crítica y la comunidad cultural, pero casi siempre duran muy poco tiempo. Apenas unos pocos números bastan para presentar las nuevas propuestas antes de que las escasas ventas y el mucho trabajo lleven a sus impulsores a pasar a otros asuntos más urgentes o menos engorrosos. Por eso las ediciones originales son muy preciadas entre investigadores y bibliófilos; solo unos pocos ejemplares sobreviven, con frecuencia al amparo de bibliotecas y archivos especializados. Y, sin embargo, las revistas han sido fundamentales para el desarrollo de la cultura del último par de siglos.

En Panamá, fueron famosas las publicaciones fundadas por Guillermo Andreve —El Cosmos, El Heraldo del Istmo— o Ricardo Miró —Nuevos Ritos—, que en el tránsito en entre el siglo XIX y el XX dieron tribuna a buena parte de los escritores nacionales. De épocas más recientes quiero destacar dos revistas especialmente significativas por su trabajo sostenido en el tiempo, en gran medida posible gracias a su filiación institucional que les permitió la sostenibilidad a través de los años: la Revista Cultural Lotería y la Revista Maga. La primera, fundada en 1941, ha sido espacio para la publicación de textos no solo literarios, sino de la cultura entendida en sentido amplio, incluyendo, por ejemplo, temas históricos, artísticos o educativos. La segunda, fundada por Enrique Jaramillo Levi en 1984 como revista independiente, se adscribió posteriormente a la Universidad Tecnológica de Panamá como su órgano de difusión cultural. En ella se han publicado, por casi cuarenta años, poemas, cuentos, ensayos, reseñas y noticias culturales del país.

En los últimos años son cada vez más las revistas que han adoptado el formato digital y que circulan exclusiva o, al menos, predominantemente en Internet. A pesar de la pérdida que para muchos significa la ausencia del papel, la verdad es que la digitalización ha servido también para aumentar el alcance y la persistencia en el tiempo de las revistas y sus contenidos. De hecho, muchas de las revistas históricas han sido digitalizadas y pueden consultarse, por ejemplo, en la página de la Biblioteca Nacional. Y otras, como la revista Lotería, tienen casi todos sus números disponibles para descarga en su web.

Pero sobre todo vivimos el tiempo de las revistas que se conciben desde el inicio como material digital, disponible en todo momento y desde todas partes. Aunque arraigadas en un país, una ciudad, una institución o una comunidad de lectores, tienen también alcance global, lo cual les permite ser leídas y recibir colaboraciones más allá de fronteras.

Este último es el caso de Weird Review, una revista literaria fundada en Panamá por la escritora Yoselin Goncalves, con apoyo de Lou Luna y Leyles Rubio León, quienes conforman el consejo editorial. Hace poco acaban de lanzar apenas su segundo número, pero han tenido muy buena acogida, en especial entre los lectores jóvenes. Se trata además de una revista que atiende a un nicho específico: se anuncia como especializada en los géneros ciencia ficción, fantasía, terror, weird fiction y cuento fantástico.

Weird Review es una revista gratuita y que circula libremente a través de Internet, con convocatorias abiertas a escritores y artistas de cualquier parte del mundo. Así, aunque la inmensa mayoría de los autores que han colaborado con la revista han sido panameños, también han tenido participaciones de otros lugares de América. Esto, además de ampliar su alcance y contribuir a la difusión de la literatura y la cultura panameña fuera del país, también permite el diálogo con creadores de otros espacios y tradiciones, así como el intercambio siempre fértil para el crecimiento de la cultura.

Las revistas literarias han sido y continúan siendo una de las primeras líneas de contacto entre las nuevas propuestas y el público lector, pero también y sobre todo el espacio para la discusión, la confrontación de ideas y el reconocimiento mutuo entre los creadores de cada época o generación. Son una vía privilegiada para la difusión, la conservación y el desarrollo de la literatura y la cultura del país. Que vengan más revistas y que encuentren sus lectores.

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