• 21/03/2024 00:00

Salud y enfermedad: situaciones diferenciadas para las mujeres

¿Qué ocurre cuando las mujeres se enferman? Más allá de un tema meramente de salud, cuando las mujeres se enferman o tienen algún padecimiento, se suman implicaciones y cambios importantes en la dinámica de la vida cotidiana de ellas y de sus familias, dado el rol tradicional de cuidadoras que la sociedad patriarcal les ha asignado.

Los roles de género, implican una morbilidad diferencial, entre mujeres y hombres; que se manifiestan cuando se enfrentan a una doble incertidumbre: la primera es no gozar de buena salud y la segunda, la conciliación del trabajo reproductivo.

El concepto de género, definido como conjunto de atribuciones construidas socialmente a partir de la distinción sexual y reproducción biológica, a las cuales a las mujeres se les ha asignado una serie de responsabilidades y “etiquetado” como algo “natural” para ellas. Es decir, cumplen el rol tradicional vinculado al trabajo reproductivo, que comprende las responsabilidades domésticas, como del cuidado de todas las personas de un hogar; crianza de los hijos, que significa que, la distribución de las tareas del cuidado se convierte en una asignación vinculada al sexo femenino.

En octubre de 2011, se realizó en Panamá, por primera y única vez, la Encuesta del Uso del Tiempo, la cual destacaba, entre otros aspectos, el uso del tiempo que mujeres y hombres dedicaban a las labores domésticas no remuneradas, a fin de valorizar el aporte económico de estas actividades, así como también buscaba conocer las inequidades de género en la carga de trabajo global. Entre los hallazgos, se encontró que las mujeres declararon dedicar más tiempo al cuidado de las personas menores de edad: 18% las mujeres y el 10% los hombres. En las actividades culinarias las mujeres participaban en un 6% mientras que los hombres dedicaban el 1%. Con respecto al aseo de la vivienda, las mujeres usaban el 3% y los hombres el 1%.

En un sondeo a varias mujeres hospitalizadas de diferentes edades, indistintamente de las nacionalidades, se les consultó sobre sus inquietudes al estar internadas en el hospital, la mayoría de ellas manifestaron estar preocupadas por el cuidado de los hijos y sus labores escolares. También señalaron que entre otras de las preocupaciones que tenían en mente era la de quién se ocupaba de las labores domésticas mientras ellas no estuviesen en el hogar. Entre las interrogantes que se hacían con mayor relevancia estaban: “¿Cómo estarán los niños?” “¿Quién y qué se va a cocinar hoy en casa?” “¿Cómo estarán mis plantas?”; todas eran preocupaciones dirigidas a resolver tareas del trabajo reproductivo.

Sin embargo, al realizarle la misma pregunta, acerca de sus inquietudes al estar internados en el hospital, a los hombres manifestaron respuestas como estas: “¿Cuándo voy a salir de aquí?, necesito ir a trabajar ...”. “Necesito recuperarme rápido para salir de aquí”.

El Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS), llevó a cabo la Encuesta Sobre Ciudadanía y Derechos en el 2019, en la cual uno de sus ítems indagó sobre ¿quién se encarga la mayor parte del tiempo de los cuidados de niños, personas enfermas y personas mayores?”..., la respuesta fue 70.6% las mujeres y 25.6% los hombres, es decir la situación no ha variado en estos últimos años.

Es relevante visibilizar lo relativo a la atribución que se hace a las mujeres en cuanto al rol de cuidadoras, porque les limita el pleno goce de sus derechos sociales, económicos y políticos, dado que no es equitativo e incluso para referirnos a este contexto, marca una diferencia en el uso del tiempo, también para ocuparse y cuidar de su propia salud.

Es necesario transformar los roles tradicionales de género mediante políticas públicas en materia de cuidados que incluyan la conciliación del trabajo reproductivo en la vida familiar; su transversalización en la educación y salud, por ejemplo su inclusión en el Plan de Promoción Nacional de la Salud 2016-2025, que dicta entre sus medidas de incidencia en las desigualdades en la salud, garantizar la promoción de la salud mediante la educación, el mercadeo y la participación social, incorporando los derechos, el enfoque de género y la interculturalidad.

La autora es socióloga
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