• 29/03/2013 01:00

Semana Santa: ¿patronales religiosas?...

E ntre católicos, evangélicos o de otras ramas cristianas, somos inmensa mayoría. Creo que en esta gran red religiosa, honestamente, ape...

E ntre católicos, evangélicos o de otras ramas cristianas, somos inmensa mayoría. Creo que en esta gran red religiosa, honestamente, apenas un cinco por ciento espera y acoge esta Semana Mayor —el recuerdo de esa gesta sublime y heroica del mayor líder espiritual del planeta— con devoción y recogimiento.

El resto, un noventa por ciento, tal vez con alguna visita interina a un templo, nos vamos de patronales festivas, a la playa, a asolearnos y a chupar. El otro cinco por ciento puede ser de otras religiones o ateos. A las figuras públicas les cuesta hablar de Jesucristo en alta voz y con sentimiento real; salvo las romerías hipócritas de los políticos a cada celebración en Atalaya, Antón o Portobelo, para tomarse fotos.

Personalmente, he sido reiterativo en decir en público que luego de mis avatares de junio y julio de 1987, solo estoy con vida, igual que mi esposa, hijos y allegados por obra y milagro de Dios. Luego de los asaltos armados residenciales y mazmorras e incomunicaciones, con ñapas de condenas penales de años —por estadística y métodos de la época— teníamos más posibilidad de morir ajusticiados. Fue obra de Dios, de Cristo e intermediación de María. Por ello, hace un año, en un Viernes Santo, sentado en mi computadora a las seis matinal, me salieron unos versos desde mi alma. Quería compartirlos.

A JESÚS... POEMA EN VIERNES SANTO: Te miramos distante en las horas felices, cuando todo está calmo... En tiempos juveniles, que nos vemos dichosos, con alegres semblantes, las palabras que dices, tu Evangelio, los Salmos, parecen infantiles cuentecitos famosos.../ Luego, cambia la vida... Nos llegan los pesares... Las crestas de las olas, con fuerza nos golpean... Naufragan nuestras barcas... La lágrima escondida, nos llena de avatares... La pena nos inmola... El dolor se pasea... La cicatriz nos marca... /

Entonces, solo entonces... como hijos derrotados, con fuerza te buscamos... Doblamos las rodillas, sean las tres o las once... Queremos ser sanados, con tu magia sencilla... Entonces eres Maestro, Amigo y Fiel Aliado... Y siempre te encontramos. / ¿Y tú?, sin reclamarnos, no dudas ni un instante, en tendernos tu mano... Y sin resabio alguno, no nos reprochas nada... Vuelves a ser hermano. Nuestra conducta de antes, ha quedado olvidada. Contigo somos uno... La herida es restaurada... / Y luego, ¿qué te hacemos?... Pasada la dureza... del trance doloroso, te ponemos a un lado... Ni siquiera las gracias, del milagro dichoso... ¡Eso nos da pereza¡... ‘Nuestro es tu verde prado... De Occidente hasta el Asia... somos hijos amados...’ / ¿Por qué perdonas tanto, las mil ingratitudes?... ¿ No te duele lo falsos que somos cada día?... ¿No tienes sentimientos, que te hagan reclamarnos?... ¿O como un masoquista, solo ofreces y ofreces?... Todos nuestros pecados tú los hechas al viento... / Tal vez hoy, Viernes Santo, recuerde con empeño... Tu pasión dolorosa... Y mirándote en Cruz, con tu sangre en tu manto... Me arrodille en la tierra, con pesar en mi ceño... Te coloque una Rosa... cuando María te entierre... Y yo adorne tu fosa... / ¡Oh Jesús del Milagro... Del amor sin medida!... ¿Por qué me cuesta tanto, amar como tu amas, y seguirte en la vida, cuando veo que me llamas?... ¿Nosotros?... siempre ingratos... ¿Y tú?: sonriendo siempre... nos secarás el llanto... pese a tu eterna herida...

Es lo que deseo compartir...

ABOGADO Y MILITAR RETIRADO.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus