• 16/02/2016 01:00

¿Aumentar el empleo equivale a la inclusión social?

En contestación a esta pregunta, nuestra realidad económica presenta desde hace varios años una bonanza  

En contestación a esta pregunta, nuestra realidad económica presenta desde hace varios años una bonanza que nos ha llevado a situarnos entre los países con mayores tasas de crecimiento de América Latina. Este crecimiento ha permitido la reducción del desempleo y la pobreza, siendo así el 96 % de la población económicamente activa se encuentra ocupada y la tasa de desempleo se redujo más de 7 puntos porcentuales desde el año 2004, dando como resultado que desde el 2009, con un porcentaje de 33.4 %, se redujo para el año 2013 a 25.8 %.

Sin embargo, tenemos que esta prosperidad económica no ha permeado todos los sectores, regiones y segmentos poblacionales, dando como resultado altos niveles de pobreza en las zonas rurales y los niveles de informalidad de la población ocupada. Este fenómeno ha dado como resultado altos flujos migratorios del campo hacia la capital, teniendo como característica de esta población que la gran mayoría son jóvenes, pero sin una educación formal, lo que se distingue como un bajo nivel de calificación.

Por otro lado, tenemos que el sistema educativo formal y el de formación técnica profesional gradúan en conjunto a más de 100 000 personas al año, el 58 % de los empresarios panameños encuentran problemas para cubrir sus vacantes, en virtud de la brecha competicional de las personas dispuestas a trabajar y las competencias que demandan las empresas, ubicándonos así en un déficit de capacitación de la fuerza laboral.

Los constantes cambios en la actividad económica, las tecnologías, los materiales, los procesos productivos y las normas legales entre otros, hacen obligante la actualización de las prioridades y el desarrollo de normas de aprendizaje y diseños curriculares, que responden a estas transformaciones y que efectivamente contribuyan a elevar la productividad de la economía.

Por ello, Panamá, tomando en cuenta estos índices, ha desarrollado, con la ayuda de la OIT, el Programa de inclusión ‘Trabajo Decente', tomando en cuenta los tres sectores como actores del desarrollo de la economía, el cual va encaminado a apoyar y cerrar la brecha de competencias y capacitación que existe en la población, de esta forma se contribuye al incremento de la productividad laboral y al mejoramiento de la calidad de vida de las y los panameños.

*ABOGADA – ASISTENTE DEL MINISTRO DE TRABAJO; ESTUDIANTE DE MAESTRÍA EN APLICACIÓN DE LAS NORMAS INTERNACIONALES DE LA OIT.

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