• 08/07/2023 00:00

Transexualidad, las iglesias y libertad de expresión

“[...] el daño causado por estas inmoralidades, injusticias y pecados es masivo y sustancial, porque destruye la identidad humana, destruye el matrimonio, destruye la familia, destruye a los niños, y destruye a la Sociedad”

Hoy en día, en EE. UU., el Reino Unido, Canadá y otros países, existe una intolerancia profunda hacia quienes no aceptan ni promuevan la ideología LGBTQ+. La nueva tendencia es permitir que esa ideología y opinión izquierdista, considerada socialmente aceptables por una cultura tiránica, sea forzada a una población cuya visión cristiana de la sexualidad es ahora etiquetada como intolerante y odiosa.

La izquierda demócrata ha mantenido una presión constante sobre la sociedad para ajustarse a la nueva realidad impuesta, y ha logrado borrar décadas de conquistas, derechos civiles y sociales, al tiempo que intenta camuflar la realidad con la idea de poder ser lo que uno desea ser o cómo deseas identificarte.

En 2019, según el Washington Stand, un tribunal británico dictaminó que “creer en la Biblia y no creer, u objetar el transexualismo es incompatible con la dignidad humana y entra en conflicto con los derechos fundamentales de los demás”.

Ese fallo impone que los valores bíblicos violan los derechos humanos de las personas transgénero.

David Mackereth, un médico evangelista, fue despedido por el Departamento de Trabajo y Pensiones del Reino Unido en 2018, por negarse a referirse a un hombre musculoso y barbudo de seis pies como “señora”.

En Grecia, la estrella retirada de fútbol, Vassilis Tsiartas, emitió su opinión sobre género que apareció en las redes sociales, diciendo que Dios solo creó a Adán y Eva; fue sentenciado a diez meses de prisión por creer que los hombres son hombres y las mujeres son mujeres. También fue multado con 5000 euros por ser “transfóbico”, al oponerse a una ley que rebajaba la edad para cambiar legalmente el género a 15 años.

Sin embargo, todos sabemos como un hecho biológico, que una mujer es una mujer específicamente por sus cromosomas, por tener la capacidad de dar a luz una nueva vida y poder sustentar esa vida únicamente con su cuerpo, lo que ninguna identidad sexual sintética masculina podrá jamás lograr. Quitarse los genitales, someterse a cirugías estéticas masivas e inyectarse hormonas por el resto de su vida es equivalente, en este siglo XXI, a la creación del Dr. Frankenstein: parte humano y parte artificial.

Hace más de un año, el Gobierno canadiense promulgó una nueva ley, #C4, que convertía en delito punible con hasta cinco (5) años de prisión, ofrecer cualquier tipo de terapia de conversión a una persona transgénero u homosexual con la intención de lograr un cambio o transformación conductual.

Después que se promulgó esa ley, miles de pastores cristianos alrededor del mundo se unieron para rechazar y rebelarse contra la ley, defender las verdades de Dios y dar a conocer que la Iglesia de Jesucristo siempre predicará la conversión de pecadores de todo tipo de comportamientos y estilos de vida pecaminosos, incluyendo la transexualidad y homosexualidad, ya que el oficio de conversión de pecadores es la misión sagrada de la Iglesia.

La Iglesia, según los pastores, es llamada por el Señor a convertir a pecadores mediante la prédica del Evangelio y el mensaje de conversión de Jesucristo, al igual que hicieron los apóstoles, y ninguna ley creada por ningún Gobierno puede dictar a la Iglesia cuál es su misión.

La Santa Biblia, a través del apóstol Pablo, dice claramente que los injustos, los homosexuales, afeminados, homicidas, ladrones y ávaros, entre otros, no heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 6:9-11).

Los pastores dejaron claro que cualquier ataque al objetivo u oficio de convertir pecadores a Cristo es un ataque directo a Dios, a Jesucristo, a la Biblia y a la Iglesia, que encontrará una férrea resistencia.

El pastor evangélico John MacArthur se pregunta: “¿Qué derecho tiene el Gobierno de decirle a la Iglesia, bajo mandato divino, que es un delito grave convertir a un pecador? ¿Por qué el Gobierno está tan interesado en proteger a una categoría de los diversos pecadores? ¿Por qué están tan empeñados en proteger a los homosexuales y transgéneros con amenazas, y haciendo leyes para cubrirlos y evitar que entren en el reino de Dios?”.

Realmente, es necesario preguntarnos ¿qué interés en particular tienen los Gobiernos en seleccionar y proteger a los sodomitas, que todos sabemos que es detestable ante Dios, al punto que se les da rienda suelta como depredadores, para engañar, seducir, victimizar y aprovecharse de los niños? ¿Cuál es el interés del Gobierno en proteger un comportamiento social destructivo, cuando todos sabemos que el pecado destruye a las personas y destruye a las naciones que hacen leyes para proteger esos pecados, y que además invita sobre sí mismo la ira y el juicio de Dios? Solo tenemos que recordar Sodoma y Gomorra.

Ningún Gobierno que haga leyes para proteger y blindar a personas dementes puede ser considerado racional. O sea, personas que no saben si son machos o hembras, por lo cual tu hijo puede convertirse en tu hija, tu hermano en tu hermana o tu tío en tu tía, etc.

Ya es sabido que la izquierda demócrata es muy astuta, sutil y sagaz cometiendo maldades, injusticias e inmoralidades. Sus maquinaciones, intimidaciones y engaños se han convertido ahora en una siniestra forma de arte, para manipular, confundir y chantajear.

La única conclusión del porqué están pasando todas esas maldades en nuestras sociedades, es porque los Gobiernos están bajo la influencia y el dominio del mismo satanás, ya que el daño causado por estas inmoralidades, injusticias y pecados es masivo y sustancial, porque destruye la identidad humana, destruye el matrimonio, destruye la familia, destruye a los niños, y destruye a la Sociedad.

Planificador jubilado.
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