• 25/07/2025 00:00

Transformar sin excluir: el BHN y la vivienda como derecho humano

“Esta no es una decisión administrativa menor: es una oportunidad histórica de convertir al BHN en una institución de desarrollo social para el siglo XXI”

Comparto unas breves líneas, no solo en mi condición de defensor del Pueblo, sino también por mi amplia experiencia en la banca Panameña y en Fusiones y Adquisiciones (m&A) ya que en los últimos días se ha anunciado la transformación del Banco Hipotecario Nacional (BHN) hacia una figura institucional distinta, vinculada a la Caja de Ahorros.

Si bien toda reforma puede ser positiva cuando mejora la eficiencia y moderniza la gestión pública, no se debe sacrificar el rol social que ha caracterizado al BHN durante décadas.

El BHN no responde al análisis financiero típico. En muchos casos, los créditos otorgados no derivan de una hipoteca tradicional o de una venta a plazo en función de capacidad de pago, sino de una necesidad social atendida mediante el financiamiento de una vivienda asignada por el Miviot. Los clientes del BHN no siempre tienen ingresos estables, historial bancario o garantías tradicionales. De hecho, es probable que muchos de ellos no sean, ni lleguen a ser, sujetos de crédito bancario en el sentido estricto. El BHN llena ese vacío del sistema. La operatividad del BHN combina las funciones de cobrador, arrendador, acreedor y promotor estatal.

Riesgos del traslado institucional

Antes de cerrar operaciones y trasladar clientes a la Caja de Ahorros, es crucial analizar: Riesgo de crédito: la Caja, al asumir esta cartera, tendría que aplicar reservas de capital exigidas por la Superintendencia de Bancos, debido al perfil del cliente, la informalidad de sus ingresos y la naturaleza social del crédito. Esto impactaría sus márgenes operativos. Riesgo legal: los contratos celebrados bajo un marco público y social no son trasladables FACILMENTE pues opera como una venta a plazo con retención de dominio, figura no usual en la banca.

Riesgo reputacional: si el cliente percibe deterioro en el trato o condiciones más rígidas, puede generarse una crisis de confianza y protestas sociales. ¿Y si transformamos el BHN en un banco de fomento? No es una propuesta descabellada. Por el contrario, representa una alternativa técnica y socialmente viable que puede convertirse en una verdadera herramienta de desarrollo. Ello requeriría una reforma integral a la ley que regula al BHN, transformándolo en un Banco de Fomento con un mandato claro y moderno. Esta transformación permitiría autorizar la captación de ahorro, facilitando la bancarización progresiva de sus clientes tradicionalmente excluidos del sistema financiero. Asimismo, adoptaría un modelo de banca de segundo piso, mediante el cual canalizaría recursos a través de cooperativas, cajas rurales y organizaciones comunitarias con presencia territorial. A ello se sumaría el fortalecimiento de fondos de garantía y seguros hipotecarios sociales para mitigar el riesgo crediticio, ampliar su cobertura y mantener los subsidios cruzados del Estado enfocados en vivienda digna. Finalmente, se propone focalizar en el BHN muchos de los subsidios actualmente dispersos entre entidades como el Mides, Ampyme y otras, de forma que, con gestión eficiente, educación financiera a los beneficiarios y una gobernanza financiera robusta, estos recursos se conviertan en verdaderos instrumentos de desarrollo económico y social sostenible.

Chile, Paraguay y Colombia cuentan con bancos públicos de desarrollo que financian vivienda sin perder su función social. El BHN puede ser modernizado para garantizar eficiencia y sostenibilidad, sin renunciar a su vocación solidaria.

En conclusión, cerrar el BHN sería cerrar una puerta al derecho a la vivienda para miles de panameños que no tienen otra vía. Transformarlo, en cambio, es una oportunidad de modernizar sin excluir. Como defensor del Pueblo y como exbanquero, sostengo que el crédito para vivienda digna no puede depender solo de la lógica bancaria o de negocio.

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