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- 09/02/2024 12:53
Una novela histórica concebida en Panamá
“Me complazco en reconocer que ‘La Cruz de Santiago’ es un éxito [...] El ambiente de la novela de Camino está muy bien estudiado. Se le nota seguro de lo que dice y bien informado. Tiene personajes delineados de manera maestra como el del protagonista y el de la zambita Nieves. El conspirador Riva Agüero está muy bien y las señoronas beatas y antañeras destacan claramente por sus sicologías absurdas” (Luis Alberto Sánchez, Revista “Mundial” Nro. 295, 1926).
La obra “La Cruz de Santiago” de Carlos Camino Calderón está próxima a cumplir cien años. Fue publicada en 1925, en Trujillo, al norte del Perú -la segunda edición la haría Editorial “Rímac” de Lima una década después- y buscó contribuir a la construcción de una idea de nación en una república que acaba de cumplir su primer centenario en 1921. Los críticos señalan que el autor está adscrito al modernismo cuyo máximo cultor era por entonces José Santos Chocano autor a su vez del poema “Ayacucho y los Andes” y que después de una polémica estadía en Guatemala se encontraba en el país de los incas envuelto, en 1926, en un proceso penal al haberle quitado la vida a Elmore Letts, otro poeta.
Camino destacó por su cuidada redacción tanto en la escuela como en la universidad. En 1907 fallece su padre, por lo que a los 23 años decide recorrer el mundo. Durante dos años viaja por Europa, Asia, el Norte de África y Latinoamérica. En 1913 cumplió funciones diplomático-consulares en el Consulado General del Perú en Guayaquil. Esta circunstancia le permite conocer el Canal de Panamá un año después. Es precisamente en Panamá -luego de visitar el emplazamiento donde tuvo lugar el Congreso Anfictiónico- que concibe su proyecto acerca de una novela histórica sobre el proceso de independencia peruano. No será sino hasta 1924, con cuarenta años, cuando Carlos Camino Calderón lance no una sino dos novelas de ese género. Primero será “Ildefonso” que trata de un soldado afroperuano enrolado en el ejército patriota y, al año siguiente, publicó “La Cruz de Santiago – Memorias de un limeño” donde aborda el papel de Riva Agüero, “el eterno conspirador”, en las tramas que llevaron a la presencia del Libertador San Martín en Lima en 1821. Además de los comentarios del periodista, escritor, abogado y político Luis Alberto Sánchez (Revista “Mundial” Nro. 295, 1926), el poeta y diplomático Alberto Ureta la consideró “la mejor novela histórica del Perú, porque al valor del contenido se unía el mérito de la forma” (Sánchez, 1975).
Una vez que terminó de escribir “La Cruz de Santiago” la publicación fue todo un desafío. Se encontraba en Chincha, población afroperuana ubicada a 200 kilómetros al sur de Lima, dirigiendo el diario “La Acción”, localidad donde no le fue posible conseguir auspiciadores. Echó mano de sus ahorros y habiéndose casado con la trujillana Mercedes Carranza, decidió recurrir a sus familiares políticos para completar lo que faltaba. Llevados por un fuerte regionalismo, la única condición que le impusieron fue que el libro debía imprimirse y lanzarse en Trujillo (Bazán, 2020).
Para Hidrogo (2022), “La Cruz de Santiago” destaca en la puesta en escena de cada capítulo y en el arte de trazar con palabras escenarios complejos por parte del narrador “donde se nota una capacidad descriptiva y el uso de un poder muy exquisito para caracterizar las costumbres, el retrato literario de los personajes. El autor logra conjugar el lenguaje poético, descriptivo y el uso de la replana y jerga propia del uso popular” lo que se ajusta al argumento que no es otro que el de un complot revolucionario en la capital del virreinato peruano. El manejo de esta técnica narrativa Camino la repetirá en “El daño” (1942), novela costumbrista ambientada en Lambayeque al norte del Perú.
Sus viajes le permitieron cultivar la amistad de importantes figuras literarias. Entre sus amistades se encontraban Gabriela Mistral con quien sostenía comunicación epistolar comentando los avances de proyectos propios y ajenos (Biblioteca Nacional de Chile, 2023) y Jorge Basadre, encumbrado historiador peruano que prologó su obra “Diccionario Folklórico del Perú”.
¿Cómo llegó “La Cruz de Santiago” a Panamá? Gracias a la “Pacific Steam Navigation Company” (PSNC) que, desde 1926, colocó la obra en los espacios de lectura que instaló en su línea de vapores que unían El Callao con el Istmo. Para 1928 la PSNC obsequiaba o vendía regularmente media docena de libros a sus pasajeros. Circunstancial y afortunado apoyo para esta novela histórica peruana.
El autor es embajador peruano