• 30/05/2021 00:00

Urge crear empleos formales en Panamá

“Generar empleo formal será un reto. Los “motores históricos” de empleo están financieramente maltrechos y ya para el 2019 mostraban altos niveles de informalidad”

Panamá genera principalmente empleo informal. En los últimos 10 años (2010-2020), 92 % de todos los empleos generados fue informal y el otro 8 % fue el resultado de aumentos en la planilla estatal. En la década antes de la pandemia (2009-2019), el porcentaje de informalidad en los nuevos empleos fue 52 %. La COVID-19 agregó 40 puntos, no “generando” empleo informal, sino destruyendo empleo formal.

En el 2020 el país perdió 289 mil empleos, 15 % de sus trabajadores, que en una economía que genera un promedio de 45 mil empleos anuales (2014-2019), llevará más de 6 años reponer.

La planilla estatal aumentó y el impacto laboral de la COVID-19 lo sufrió el sector privado, que perdió 327 340 plazas de trabajo, 37 % de sus empleos formales, fenómeno directamente responsable de la caída del 40 % en los ingresos de la Caja de Seguro Social (CSS) en el 2020.

La dramática reducción de empleo formal acentuó la contracción que inició en el 2013, cuando los asalariados privados representaban 53 % de todos los empleos, para caer a 33 % en el 2020, una reducción de 20 puntos en 7 años.

La crisis de empleo formal, precipitada por la COVID-19, está siendo particularmente severa con la clase humilde, los jóvenes y las mujeres. Aún existen unos 140 mil contratos laborales suspendidos, mientras que 4 de cada 5 trabajadores, que ya perdieron sus fuentes de ingresos, ganaban menos de $750 mensuales. 57 % de los jóvenes menores de 30 años, que ya no tienen fuentes de ingreso, trabajaba en el comercio o era personal no calificado, porcentaje que, en el caso de las mujeres, es del 56 %.

Cada $1 en salarios privados aporta $0.23 a las finanzas del Estado, vía Impuesto sobre la Renta, Cotizaciones a la CSS y Seguro Educativo. El salario del funcionario también, pero siendo el Estado el empleador, equivale a “sacarse de un bolsillo para metérselo en el otro”. El Informal aporta poco a las finanzas del Estado.

70 % de los empleos en Panamá es presencial, por lo que las cuarentenas y toques de queda han tenido un impacto laboral devastador. De hecho, 3 de cada 4 empleos perdidos ocurrieron en los 5 sectores más sensibles a las restricciones de movilidad, concretamente: comercio, agricultura, construcción, logística y hoteles/restaurantes.

Diversos organismos y entidades han proyectado un repunte económico para el 2021, con crecimientos del producto interno bruto que oscilan entre el 5 y 12 %, impulsado por la recuperación del tráfico por el Canal, la inversión privada y las exportaciones de cobre. Sin embargo, la demanda interna se mantendrá relativamente débil, recuperando terreno gradualmente a partir del 2022, para estabilizarse en el 2023-2025.

Generar empleo formal será un reto. Los “motores históricos” de empleo están financieramente maltrechos y ya para el 2019 mostraban altos niveles de informalidad. De hecho, 56 % de la Población Ocupada No Agrícola se concentraba en 5 sectores: comercio (47.2 % de empleo informal), construcción (58.9 %), industria (60.4 %), logística (59.5 %) y hoteles/restaurantes (52.1 %).

Las perspectivas de generación de empleo formal sostenible a corto y mediano plazo en esas actividades económicas lucen complicadas, mientras que sectores con bajos niveles de informalidad, como la minería (7.2 %) y actividades financieras y seguros (8.2 %) aportan apenas 2.6 % de los empleos del país. Estas son muy malas noticias para el futuro de la CSS.

Ya comienzan, gradualmente, a reactivarse algunos sectores, pero el panorama laboral para el 2021 se mantendrá incierto. Recientemente, la ministra de Trabajo, Doris Zapata, pronosticó que para el 2021 el Mitradel estaría procesando unos 200 mil nuevos contratos laborales, 68 mil más que los 132 mil tramitados en el 2020, cuando se perdieron 289 mil empleos, y prácticamente la mitad de los 378 mil contratos tramitados en el 2019, año en el que se generaron 52 040 nuevos empleos, todos informales.

El consumo cayó en $600 millones mensuales, particularmente en estratos humildes, donde se concentró la mayor pérdida de empleo. Es imperativo inyectar liquidez al sector productivo, pero dadas las actuales condiciones de las finanzas del Estado, a corto plazo, esta solo podrá venir de la inversión privada, vía financiamiento bancario, y la Inversión Extranjera Directa (IED).

Hay que diversificar el perfil de expansión económica. El Gobierno adelanta esfuerzos para atraer IED y explorar nuevos sectores económicos, como la minería. Ante estas opciones, debemos hacernos las preguntas ¿cuántos empleos generará hacerlo?, ¿cuántos generaremos si no lo hacemos?

El mejor programa social del mundo es un empleo. Sin inversión privada no habrá empleo, y sin empleo no hay país.

Asesor empresarial.
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