Así se vivió el emotivo funeral del papa Francisco. El evento reunió a mas de 200.000 personas en la Plaza San Pedro, con la presencia de 130 delegaciones...
- 17/11/2011 01:00
¿Encender una vela o maldecir la oscuridad?
T antas veces escucho a las personas criticando a ‘los políticos’, que me pregunto ‘¿cómo es que no saben ‘el Secreto’ para que las cosas dejen de ser como no les gusta? ¿No saben que hay una fórmula infalible para acabar con la oscuridad? ¿No saben que el verdadero cambio está al alcance de su mano?’. ‘El Secreto’ es ‘Participar’, la ‘Fórmula’ es ‘Encender la Luz’, es ofrecer a los electores otras opciones organizadas que integren los valores y propuestas que dicen que ‘los políticos’ no ofrecen ni representan.
Los científicos nos explican que el frío no existe, solo existe el calor o la ausencia de calor y que no existe la oscuridad, solo existe la luz o la ausencia de luz. Extrapolando estos conceptos, no existiría la corrupción, sino la ausencia de virtud; no existiría la mentira, sino la ausencia de la verdad; no existiría la ignorancia, sino la ausencia de conocimiento. Esto significa que lo que nosotros percibimos como corrupto, falso o ignorante es solo el vacío que nosotros mismos hemos permitido a la virtud, a la verdad y al conocimiento.
¿Alguna vez ha estado el lector en un lugar absolutamente oscuro y ha encendido una luz? ¿Ha notado cómo la luz se expande sin obstáculos a lo largo, ancho y alto del vacío de la oscuridad? Pero también habrá notado que mientras más grande es el espacio más se va debilitando la luz conforme se aleja de la llama que la emite. Por esa sensación de ‘debilidad’ puede hacer que muchos digan; ‘yo no puedo iluminar toda esta oscuridad’ y decidan por ello ‘apagar su luz’; otros dirán: ‘bueno, yo tengo una vela, pero no está encendida’, así que deciden guardarla y quejarse de la oscuridad.
Pero ¿qué pasaría si varias personas se van acercando al que tiene su llama encendida y deciden tocar esa llama con sus velas? El que tiene la llama se daría cuenta de que cada vez que une su llama a una vela apagada aumenta la cantidad de luz, pero su vela no pierde nada de su propia fuerza. Los que se han acercado a buscar luz se darían cuenta de que ellos pueden acercarse a otras velas apagadas y darles luz de su propia vela. Todos irían comprendiendo que al compartir su luz de forma organizada y generosa va ‘desapareciendo’ la oscuridad y en poco tiempo habrán iluminado todo el lugar.
Así mismo es la Política. Si los que se quejan de que la Política es corrupta, sucia y traicionera no participan de los partidos políticos, no se presentan como candidatos o candidatas a puestos de elección popular, no dan testimonio de vida de los que es la conducta pública decente y docente, entonces seguiremos viviendo en el vacío de virtud que será indefectiblemente ocupado por los corruptos, los sucios y los traicioneros.
No basta con quejarse de la oscuridad. Ni siquiera es suficiente ‘hablar de la luz’; hay que buscar la luz, hay que encender cada quien su vela y compartir la luz que ha encontrado con todos los que tienen sus velas apagadas. Hay que difundirla con vocación, hay que ofrecerla con esperanza y hay que mostrarla con orgullo.
La luz en la Política es la conducta ética. Creo sinceramente que la Política ética es capaz de multiplicar el bien de forma universal y que la política corrupta tiende a multiplicar el mal de forma general. Si todos los que se quejan de la oscuridad decidieran buscar luz para su vela, podríamos hacer de Panamá una luz entre las naciones y elevarla a niveles insospechados.
MIEMBRO ROTARIO.