Actuar para crecer: una mirada al poder del teatro universitario en Panamá

  • 09/08/2025 00:00
En esta primera entrega del Blog Aguacate, conversamos con directos teatrales de grupos universitarios para conocer más sobre el arte de la actuación y su papel en la formación del carácter y la fuerza personal.

No todos los escenarios tienen las persianas rojas que se abren cuando se inicia la función, pero algo que sí comparten es un nerviosismo burbujeante que recorre el cuerpo, como un latigazo que despierta, pero atolondra. Lo que intento describir es una de las múltiples sensaciones que puede experimentar una persona segundos antes de salir a actuar. De hacer teatro. De interpretar. De abandonarse a uno mismo para traer a la vida una historia que quiere ser contada y enfrentarse a un público cuyas expectativas se desconocen, pero siempre están presentes.

Pese a este fantasma del temor que emerge al estar frente a las audiencias, en la vida de un estudiante, hacer teatro puede convertirse en un refugio. Un escape de la soledad y una herramienta de transformación. El Blog Aguacate, en su primera entrega, entrevistó a los directores de grupos teatrales universitarios a lo largo del país, para dar una mirada a lo que ocurre tras bambalinas.

El profesor Eugenio Fernández fundó el teatro El Desván en la Universidad Católica Santa María La Antigua en 1983. Hoy, a sus 42 años, la agrupación ha acumulado más de 100 montajes de todo tipo, entre comedia, drama, farsa, sketches y dramatizaciones leídas.

Para el profesor Félix Gómez, director actual de la agrupación, que preside desde hace una década, hacer teatro en este grupo “te puede cambiar la vida”.

Teatro El Desván acepta a todos los estudiantes que deseen integrarse, con o sin experiencia, de cualquier carrera y en cualquier año académico. También recibe a egresados. Por año, se realizan tres obras principales, una de un autor universal, de un dramaturgo nacional y del género comedia. Hasta el más tímido puede encarnar el papel principal.

“Van a desarrollar su autoestima, la seguridad, e irán perdiendo el miedo escénico; van a ganar más confianza para hablar frente al público. Aprenden cómo caminar, cómo verse por el escenario, en proyección vocal, van a desarrollar incluso su voz los que hablan muy bajito, y después de un año de estar en el grupo te hablan ya más alto, con más seguridad. La verdad es que al aceptar a todos vamos a ver la transformación”, explicó el director.

De esta agrupación han emergido figuras que hoy son reconocidas en el gremio teatral, como Eric De León, reconocido diseñador de luces, y artistas de la talla de Luis Gustavo Macías, Jenny Bacardenas, e Isabel Burgos. “Tenemos hasta ganadores del premio Ricardo Miró de teatro, dramaturgos, productores, directores, dueños de salas de teatro... siempre la gente dice que el teatro de la USMA es como una escuelita de teatro”, compartió.

Entre las metas del teatro El Desván se encuentran presentarse en el Teatro Nacional, hacer giras nacionales y, próximamente, se prevé que harán un montaje en el Centro de Arte y Cultura de Colón.

Pero la USMA no es la única. En la Universidad de Panamá, este tipo de expresión artística como agrupación se formalizó en 2001, cuando se instauró la Compañía Universitaria de Teatro (CUT) por órdenes de la Junta de Facultad de Bellas Artes (FBA). Desde entonces se han montado más de 30 obras y se han designado a cinco directores.

El profesor Edwin Cedeño, director de la CUT, le dijo al Blog Aguacate que “no lo pusieran en una encrucijada” cuando se le pidió destacar a uno de sus estudiantes actores, pues aseguró que cada uno trae su propia maleta con sus propias competencias y parte de su trabajo es potenciar esa maleta.

Cedeño, quien es docente de materias teóricas en la FBA, manifestó que la meta del grupo es “ofrecer una plataforma teatral diversa y profesional para el futuro artista del teatro”, pues para pertenecer al CUT es necesario pasar por un proceso de casting. Todos los interesados en la universidad pueden participar. “Es una herramienta didáctica de tipo práctica que ayuda en gran manera al crecimiento tanto artístico como humano de los participantes. No solo actúan, también son parte del staff creativo y técnico”, dijo el profesor.

En la carrera teatral que se imparte en la UP, los montajes deben ser autosostenibles; para ello, se apoyan en la FBA para la divulgación, espacios de ensayo y otros recursos. Además, se establecen alianzas con el teatro La Estación y el Teatro en Círculo, los cuales prestan sus espacios para las presentaciones. Recientemente, la CUT celebró la temporada de Sueño de una noche de verano, de Shakespeare.

Esta marea de magia llegó a la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) en 2013 en la creación del club de teatro Educarte, hoy dirigido por el profesor Carlos Caballero. La agrupación está abierta a administrativos, docentes y estudiantes de esta institución, siendo el único requisito de admisión. Educarte imparte talleres de improvisación como antesala a la preparación de las obras, que se extienden por dos meses y se presentan a final de año.

“Nuestra meta es darnos a conocer, cosa que poco a poco hemos estado haciendo, al punto de que en estos últimos dos años hemos participado en festivales internacionales como FICCUA [Festival Interuniversitario Centroamericano de la Cultura y el Arte], el primer Festival de Teatro Universitario [USMA], el Festival de Historia de Panamá”, expresó el profesor Caballero, quien también prefirió destacar a todos sus alumnos.

“Ya sea en escena o detrás de ella, en maquillaje, utilería, luces, sonido, diseño, escenografía o logística, todos cumplen un rol esencial para que nuestras producciones cobren vida. Esta diversidad de aportes enriquece el proceso creativo y refleja el espíritu colaborativo del teatro universitario”, compartió.

La Universidad Latina no se quedó atrás, pues en julio del pasado 2024 se montó al carrito de la actuación y creó su grupo cuando el profesor de psicología Larry Díaz le propuso a Bienestar Estudiantil que se impartiera esta actividad extracurricular, a la cual, estudiantes de distintas facultades se unieron. “[...] más que todo salir de la parte académica pesada, la carga de horario de materias y darle una oportunidad de relajarse y divertirse al estudiante”, explicó el profesor.

El director del grupo teatral de la ULatina compartió la unión que se genera entre los integrantes, quienes formaron lazos de amistad y un fuerte sentido de fraternidad. “Estar en el grupo de teatro para ellos era tan importante porque socializaban, estaban en compañía. Es un grupo muy muy unido”, recalcó el psicólogo.

Uno de los logros propuestos por el grupo era presentarse fuera de la Universidad Latina, objetivo que se cumplió tras su participación en el Festival de Teatro Universitario organizado por la USMA, que se celebró en el reciente mes de julio, donde estuvieron involucrados todos los clubes de teatro aquí descritos.

“El director del festival y del grupo El Desván, Félix Gómez, es colega, compañero, nos conocemos, trabajamos juntos hace poco en una obra, me invitó y me dijo ‘Larry, ¿están listos los chicos?’ Yo le dije, ‘Por supuesto, están preparados’. Y esa meta considero que se logró cumplir a cabalidad”, expresó el profesor Díaz, quien se encuentra negociando la instauración oficial del grupo teatral con la ULatina. Su trabajo fuerte es el teatro y posee una academia de este sector llamada Telón Teatro Estudio, con la cual aportó micrófonos de su propiedad para las presentaciones del club, así como vestuarios y utilería por la falta de presupuesto, mientras se oficializa la actividad.

“Lo primero que busco es que sea un lugar donde ellos extrañen ir, que esperen el día en que vamos a ensayar, porque se convierte en un hogar, en donde espero que los chicos sean ellos, que no juzguemos, no hay críticas, tenemos derecho a equivocarnos, a ser quienes somos, obviamente siempre con el debido respeto de las distintas personalidades u opiniones que existan”, resaltó el profesor, subrayando la gratificación que siente al dirigir al grupo, pese a que este trabajo no le es remunerado.

Díaz destacó que el teatro aporta resiliencia y la capacidad de seguir adelante. “El teatro no te espera. Tú te subes al escenario y puede haber 100 personas frente a ti, a las que no les va a importar si ese día te peleaste con tu mamá o con tu novio, se te explotó una llanta de camino hacia el teatro. Busco que tengan esa fortaleza de continuar”, manifestó.

Ninguno de los cuatro directores teatrales entrevistados destacó a un solo estudiante; ante la pregunta, todos se apresuraron a aplaudir a su grupo, resaltando cualidades más allá de lo artístico, como la puntualidad, la disciplina y la empatía, que ejercen como pilares dentro de un club de esta índole. El sentido de la pertenencia y la identidad se alzó como el núcleo. El teatro es arte y es familia.

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