• 28/03/2010 01:00

Un nuevo estilo de vida

La vida se ha convertido en una vertiginosa y agotadora carrera para quienes viven en la ciudad. Las actividades diarias están llenas de...

La vida se ha convertido en una vertiginosa y agotadora carrera para quienes viven en la ciudad. Las actividades diarias están llenas de tensiones: niños en la escuela, buses que abordar, la odisea del tranque vehicular y el cierre de calles, cuentas por pagar, ingreso familiar inalcanzable hasta para cubrir los gastos necesarios, temor a que te roben y te maten.. en fin, la lista angustiosa es interminable.

En antaño la vida era más sencilla y tranquila, el día para trabajar y la noche para dedicarle tiempo a la familia y descansar. Pero, con el invento de la luz eléctrica se controla la duración del día, y la gente empezó a acostarse más tarde. Las fábricas comenzaron a funcionar también de noche; y las empresas de servicios ampliaron su horario de atención al público.

No solo se han alargado los días, sino que la vida parece transcurrir más deprisa. Los avances tecnológicos, como la radio, la televisión y la computadora, han privado asimismo a la gente del descanso necesario. No es raro que los amantes del cine o del deporte lleguen somnolientos y agotados al trabajo después de una larga velada ante la pantalla. El sinfín de distracciones nocturnas incita a los usuarios a mantenerse despiertos hasta altas horas de la madrugada.

Igualmente, el trabajo experimenta su beneficio hacia la rapidez y la productividad. Las máquinas de escribir y el correo convencional le han cedido el paso al fax y al correo electrónico. Se pueden realizar operaciones bancarias sin salir de casa con solo conectarse a Internet. Los teléfonos celulares han desvanecido los límites entre el hogar y la oficina. Los lavaplatos y las lavadoras ahorran tiempo y esfuerzo. Entonces se podría decir que hay horas suficientes para dedicarle a la familia y al descanso. Sin embargo, las personas afirman encontrarse más cansadas y tensas que nunca. Las presiones económicas figuran en un lugar destacado de la lista. Para satisfacer necesidades prioritarias la población activa del país trabaja más de lo normal con la prolongación de la jornada laboral. Los trabajadores que viven en las afueras de la ciudad pasan varias horas al día viajando en atestados buses y por vías congestionadas. Pero hay quienes también dedican mucho tiempo a conseguir cosas que el consumismo hace creer que son necesarias para ser felices.

El estar demasiado ocupado tiene sus repercusiones psicosociales. Muchas parejas tratan de abarcar tanto que a la larga asfixian su matrimonio. Estudios muestran que el promedio de divorcios de parejas y problemas familiares —con largas jornadas de trabajo— es más elevado que el de aquellas que tienen jornadas laborales normales. Cuando la gente no duerme lo suficiente por las preocupaciones e incertidumbres, contraen un cansancio crónico y la aparición de problemas físicos y de conducta.

Comprendo que el panorama no es halagador y la frustración puede hacer que te ahogues en un mar de lágrimas, o en el alcohol, o te autocompadezcas, o trates de dominar a otros a los gritos y a los golpes. Caes en la inercia y le agregas más estrés a tu vida. La modestia, la serenidad, el ejercicio físico, el contacto afectivo con tu familia, la ayuda espiritual y psicoterapéutica de seguro pueden ayudarte a llevar una vida feliz y equilibrada.

*Especialista de la conducta humana.gemiliani@cableonda.net

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