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- 15/08/2012 02:00
Panamá La Vieja: pasado, presente y futuro
E ntre 2003 a 2026 los panameños celebran su propia ‘era de la conmemoración’. Esta inició con el I Centenario de la República, el próximo año, el V Centenario del Mar del Sur, en 2021 el Bicentenario de la Independencia y culmina con el Bicentenario del Congreso Anfictiónico en 2026. Además, en 2019, el V centenario de Fundación de Panamá La Vieja. En el siglo XX cada una de esas fechas conformó el calendario cívico del país en el complicado y complejo proceso de la construcción de la nación panameña, especialmente, por su condición neocolonial debido a la presencia extranjera.
Esas fechas claves del pasado corresponden con los usos políticos conferidos a la historia. Y constituyen uno de los mecanismos a través de los cuales se recuerda a la población los orígenes de la nación. De esta forma, este conjunto de conmemoraciones formaron parte de las estrategias de los políticos panameños de inicios de la República, ante los temores entre seguir forjando la nación o perder íntegramente la soberanía.
En 1919, tras la conmemoración del IV Centenario de Fundación de Panamá La Vieja, esta ciudad se convierte en un ‘lugar de memoria’, un concepto acuñado por el historiador francés Pierre Nora. Es por esto que anualmente se celebra una sesión solemne del Consejo Municipal de la ciudad de Panamá en ese sitio y el feriado capitalino. Los decretos que oficializaron esa conmemoración declararon el 15 de agosto ‘Día de fiesta nacional’ y los rituales conmemorativos contemplaron dianas, romerías, conciertos en los parques de la Exposición y Santa Ana, la emisión de sellos postales con los colores de la bandera, desfiles de carros alegóricos con motivos hispánicos principalmente y obsequio al público asistente de los folletos ‘Panamá La Vieja’ del escritor Juan B. Sosa y ‘Leyendas del Pacífico’ del poeta Ricardo Miró, estos textos dirigidos a la creación de los imaginarios nacionales que debían construirse y consolidarse. A su vez, la prensa de la época convocó a la población a los festejos cívicos y recordando también que esa ciudad colonial constituía una ‘evocación del alma nacional’ por su valor histórico, tras tres siglos de haber permanecido en el olvido.
En ese IV Centenario de Fundación de Panamá La Vieja los políticos panameños intentaban también festejar el triunfo de la nación en el siglo XX, aspiración asociada al discurso liberal de la época, es por esto que dos de los carros alegóricos en esa conmemoración representaban, uno, la destrucción de la ciudad en 1671, y el otro, a Panamá La Moderna. Con esa exaltación la antigua ciudad se elevó a mito fundacional de la República.
Pese a lo bonito que pudo resultar la conmemoración de hace casi cien años, la República se enfrentaba a una serie de desafíos sociales, políticos, étnicos y en sus relaciones internacionales. Esperemos el V Centenario, en un contexto complejo, posnacional y con nuevos desafíos y esperanzas. Con una ciudad en transformación, ojalá socialmente incluyente. Y también con las miradas puestas en el Pacífico.
HISTORIADOR