• 29/01/2016 01:00

Culecos vs. mojaderas

Primero la muerte antes que perder los ‘culecos'

Al enterarme del dilema sobre los carnavales y los ‘culecos', me pongo a pensar que en realidad nuestras autoridades se ahogan en un vaso de agua.

Aquellos panameños que llevamos mínimo 6 - 7 décadas a cuestas, recordaremos perfectamente que las mojaderas (pre-culecos) no se hacían con camiones cisternas llenos de agua buena. Aunque se diga que los viejos añoramos un pasado que nos pareció mejor, en nuestra época las mojaderas se hacían con totumas, latitas, cubos, etc. No desperdiciábamos tanta agua; el juego consistía en NO dejarse mojar. Guerra de latitas y totumas con agua.

Ahora que el agua escasea, que tenemos un desierto, el ganado muriendo de sed y las cosechas secándose, la gente quiere mojarse, quiere malgastar el agua, y en realidad ya no se juega. Simplemente se mojan. Nadie huye del agua. Y Azuero, descrito como el ‘arco seco', donde el vital líquido debiera defenderse, cuidarse, amarse... ¡se malgasta!

Hace años que se traen camiones cisternas para un populacho que aúlla ‘agua agua', deseoso de empaparse con mangueras de presión; un populacho que se orina, se vomita, se achicharra bajo un sol abrasador (el cuco del melanoma no los amedrenta: se creen inmunes), en fin, se desperdician millones de litros de agua. Y esto no es solo en Azuero.

Tenemos una sequía seria, precisamente donde los irresponsables quieren sus ‘culecos'. No importa que sus animales mueran de sed ni que sus siembras se abrasen ni que se queden sin el vital líquido para sus necesidades básicas. Primero la muerte antes que perder los ‘culecos'. Y nuestras autoridades temerosas y complacientes...

Es muy triste que en un país tropical hayamos procreado un desierto (Sarigua) en el siglo XX del cual nos sentimos muy orgullosos. Realmente debiera ser motivo de vergüenza nacional, en vez de monumento nacional, pero no hemos aprendido la lección, con El Niño o sin él: los azuerenses se mudan a otras áreas para seguir su labor deforestadora, con el afán febril de crear potreros, potreros y más potreros y tratar en el ínterin de producir otros desiertos.

Nuestras autoridades no necesitan suspender los Carnavales, —que no lo harán. Preferirían un golpe de Estado que suspenderlos. Primero ‘seppuku'...

A pesar de la ‘emergencia' nacional por la sequía, los culecos van. Que los animales mueran de sed, ellos van... Igual como la antigua Roma: ‘Panem et Circenses'. Ahora es circo solamente, sin pan... sino agua.

Suspéndanse los ‘culecos', y suspéndanse los camiones cisternas. Con esos millones de litros de agua, ¿cuántas vacas no saciarían su sed, cuántas personas no se beneficiarían, cuántas plantitas no se refrescarían?... Aún podemos volver a los juegos con las latitas y las totumitas ¡que no gastan millones de litros de agua!

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