• 18/08/2019 02:00

Amenaza preocupante

El problema es tan grave que un estudio revela que ni los miles de millones de dólares que entran en remesas desde Estados Unidos

Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, son sin duda, Estados fallidos. La delincuencia desborda los límites y la corrupción de los políticos no tiene parangón. El problema es tan grave que un estudio revela que ni los miles de millones de dólares que entran en remesas desde Estados Unidos llega a las familias pobres, porque terminan en los bolsillos de los adinerados o los extorsionadores. Ahora que el presidente Donald Trump aplicó su política de cierre de sus fronteras a los migrantes, la presión va hacia el sur. En pocas palabras, Costa Rica y Panamá, que tienen Gobiernos más estables y mejores economías, serán presa fácil para esta oleada que se huele a corto plazo. Costa Rica ya tiene seis por ciento de la población nicaragüense en su territorio y no hay que ser adivino para saber que pronto serán hondureños, salvadoreños y guatemaltecos. Panamá no escapará de esa ola migratoria, al menos que los países involucrados, Estados Unidos, México, Costa Rica y Panamá, concreten un plan que evite que los ciudadanos de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala migren. Esto conlleva un plan de acción, revitalizando, sobre todo la agricultura, que permita al campesinado seguir labrando la tierra y generando ingresos para sus familias. Pero también un plan de seguridad, de manera que esas bandas criminales sean anuladas, porque, de continuar operando como están, de nada servirá el esfuerzo. Centroamérica es una bomba de tiempo y Panamá tiene que empezar ya a buscar fórmulas para que no nos tome por sorpresa la oleada migratoria que, como no podrá entrar a Estados Unidos, buscará arraigarse en este pequeño país.

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