El país tiene por delante desafíos enormes que nos plantean, como sociedad, la necesidad de buscar un mecanismo para enfrentarlos con el mayor consenso posible. La apertura de la mina en Donoso y la construcción del embalse de Río Indio son dos proyectos que tienen grandes potencialidades en el plano económico y comercial, pero también un impacto ambiental y social que no puede ser desconocido. Sobre estos temas existe una polarización que no podemos ocultar; sin embargo, esas diferencias pueden ser una oportunidad para encontrar un punto medio que permita avanzar como nación. No es una tarea sencilla ni de corto plazo: se trata de deponer intereses en pro de un ideal superior. La historia panameña, especialmente la larga lucha por la recuperación del Canal, nos demostró que, trabajando sobre los puntos que nos unen por encima de aquellos que nos separan, podemos superar las adversidades. No es tarde para plantear un diálogo nacional, no como un espacio burocrático no vinculante, sino como un punto de encuentro entre el gobierno, empresarios, partidos y organizaciones sociales para abordar los temas urgentes del país. Tener diferencias no implica una confrontación; también es una oportunidad de construir consensos. Ese es uno de los valores clave de la democracia.

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