• 20/08/2011 02:00

Crestar Durán

En tiempos en que la fe en Cristo enfrenta grandes desafíos y otras corrientes debilitan los principios a nivel mundial hay hombres cuya...

En tiempos en que la fe en Cristo enfrenta grandes desafíos y otras corrientes debilitan los principios a nivel mundial hay hombres cuyas vidas reviven la esperanza. Monseñor Laureano Crestar Durán fue uno de estos y por eso su fallecimiento embarga de tristeza a toda la membresía Católica, gobernantes incluido el Presidente Martinelli, políticos y a quienes le conocieron y atestiguan su inmenso sentido humanista. Crestar Durán, nacido en España, hizo honor en Panamá al mandato de ‘amar al prójimo como a uno mismo’, siempre dando y ayudando con desprendimiento al más necesitado. Ya el año pasado se le había reconocido por su dedicación a la niñez, y a jóvenes y adultos, al cumplir sus 50 años de vida sacerdotal. Desde que llegó a Panamá en 1964, nunca desmayó en su misión de ayudar a los pobres y sacar adelante desde 1967 a Cáritas Arquidiocesana. Nos unimos al dolor nacional porque se nos apagó una luz. Pero quedan sus huellas imborrables como ejemplo a seguir ante las adversidades. Que el Altísimo lo reciba en su gloria.

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